Policía Federal mexicana recuperó el control del centro de Oaxaca
Las tropas enviadas al sur del país por el presidente Fox cumplieron con la liberación del ocupado centro de la urbe, en medio de una constante tensión social.
Las tropas enviadas al sur del país por el presidente Fox cumplieron con la liberación del ocupado centro de la urbe, en medio de una constante tensión social.
Las fuerzas federales mexicanas recuperaron el control del centro y de varios edificios públicos de la sureña ciudad de Oaxaca, después de una larga e intensa operación llena de incertidumbre que puso fin a cinco meses de ocupación de los maestros y otros sectores sociales.
Seis horas le costó a la Policía Federal Preventiva (PFP) concluir la misión de restablecer el orden que le encomendó el presidente del país, Vicente Fox, el pasado sábado, un día después de una escalada de violencia que dejó cuatro muertos, entre ellos un periodista estadounidense.
Al amanecer, centenares de efectivos antidisturbios de la PFP, con escudos, porras y proyectiles de gas lacrimógeno, se situaron en formación en varios puntos de los alrededores de la ciudad, frente a las decenas de barricadas que los manifestantes habían reforzado cuando se hizo pública la inminencia de la intervención.
Los uniformados y los defensores de las barricadas, muchos de ellos vecinos de barrios populares, mantuvieron durante toda la mañana un pulso sicológico marcado por los vuelos constantes de helicópteros de la policía y las advertencias de los sectores alzados.
Con pancartas como "No a la represión" o "No podemos con sus armas, ustedes no pueden con nuestras ideas" y consignas como "Oaxaca no es cuartel, fuera el Ejército de él" o "Los uniformados también son explotados", los manifestantes demostraron pronto que no iban a dar su brazo a torcer tan fácilmente como habían anunciado.
Aunque reiteraron que su intención era dejar a la PFP que retirara los palos, neumáticos y camiones que bloqueaban las calles sin ofrecer resistencia, cuando los efectivos policiales iniciaron la acción la cosa fue muy distinta.
Solamente la sangre fría de los policías, que recibieron pedradas y hostigamientos constantes, evitó que la acción pasara a mayores, aunque los grupos alzados denunciaron la muerte violenta de un joven, dos heridos y 50 detenidos, en zonas alejada del centro de la ciudad.
La Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO), una agrupación de organizaciones sociales que encabezó el levantamiento junto con los profesores, informó de la muerte por supuestos disparos de bala de Jorge Alberto López Bernal, de 15 años, quien prestaba servicios de salud en algunas barricadas.
A pesar de la acción policial, aún queda pendiente la situación del gobernador del estado, Ulises Ruiz, al que los sectores levantados y parte de la ciudadanía oaxaqueña exigen que abandone el cargo, por ser, según ellos, el responsable de la crisis social y política de una de las regiones más pobres e indígenas de México. (EFE)