Cuba celebró su entrada al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, una candidatura muy criticada por activistas y que La Habana llama una "campaña de desprestigio" para "opacar" los logros de la revolución.
El presidente Miguel Díaz-Canel insistió en que "a pesar de las mentiras y patrañas imperiales, el mundo reconoce a Cuba, le admira y respeta por la firmeza de sus convicciones y su ejemplo", lo que es una "contundente victoria" para Cuba, enfatizó el mandatario.
Esta es la quinta ocasión en la que el país ocupa uno de los 8 escaños reservados a los Estados de Latinoamérica y el Caribe en el Consejo de DD.HH. de la ONU, donde permanecerá tres años a partir del 1 de enero próximo, y llegó a la votación sin oposición como resultado de un pacto entre los países de cada región, una práctica habitual en este tipo de elecciones a la que se oponen organizaciones y activistas.
Junto a Cuba fueron elegidos Bolivia, China, Costa de Marfil, Francia, Gabón, Malawi, México, Nepal, Pakistán, Rusia, Senegal, Ucrania, Uzbekistán y el Reino Unido.
La entrada de La Habana en el Consejo de DD.HH. de la ONU coincide con denuncias de detenciones arbitrarias y agresiones a una veintena de activistas este fin de semana en La Habana, varios de ellos documentados en video y publicados en redes sociales.