La ONU pidió a los países invertir más fondos en la investigación de los microbios que contaminan los alimentos mediante técnicas como la secuenciación completa del genoma (WGS, por sus siglas en inglés).
La experta de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) Sarah Cahill señaló en un acto en Roma que la WGS permite entender mejor el funcionamiento de especies como las bacterias, los virus y los parásitos, que en muchos casos son causa de intoxicaciones alimentarias.
Cahill sostuvo que existen otras técnicas moleculares, pero ninguna promete tanto como la secuenciación completa del genoma, capaz de identificar los cambios que ocurren en el ADN y caracterizar microorganismos con un nivel de precisión y rapidez que antes no era posible.
Pese a sus beneficios, la especialista reconoció que puede no ser la mejor opción en países que carecen de los medios suficientes para implementar esa tecnología avanzada, la cual genera grandes cantidades de datos que deben ser interpretados.
No obstante, destacó los esfuerzos como los que durante 15 años ha realizado el Centro para la Investigación en Microbiología de Kenia que, en colaboración con otras instituciones, ha logrado secuenciar rasgos de la salmonella, E.coli y otras bacterias.
El resultado de esos estudios ha ayudado al gobierno keniano a entender el potencial de la WGS para el mapeo de las enfermedades, la revisión de los tratamientos y la identificación de alimentos de alto riesgo durante los brotes por contaminación alimentaria.
Este ejemplo aparece junto a otros en una publicación técnica difundida por la FAO y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la que se dice que la secuenciación completa del genoma puede contribuir a mejorar la gestión para garantizar el buen estado de los alimentos, pero no es suficiente.
Las agencias de la ONU consideran que los datos obtenidos en laboratorio con esa técnica deben ser interpretados en combinación con otras evidencias y no sustituyen a las buenas prácticas higiénicas y aquellas propias de la agricultura y la industria, los sistemas de vigilancia de salud pública y las investigaciones multidisciplinares.
La experta de la OMS Amy Cawthorne insistió en la necesidad de apoyar a los países para que usen la WGS con el fin de reforzar sus sistemas de vigilancia, lo que incluye fortalecer las capacidades de los laboratorios en los países en desarrollo y la investigación conjunta con expertos en estadísticas y epidemiología