El Consejo de Seguridad de la ONU, que encabeza el surcoreano, Ban Ki-moon, aprobó una resolución que endurece el régimen de sanciones impuesto en 2009 contra el país africano por su empeño en desestabilizar los estados del Cuerno de África, en particular Somalia, mediante la financiación de grupos terroristas.
La resolución, impulsada por Gabón y Nigeria y que se encontró con la abstención de Rusia y China pero ningún voto en contra, permitirá al Consejo de Seguridad aumentar el número de individuos y entidades afectados por la prohibición de viaje y la congelación de bienes incluidos ya en resoluciones anteriores contra Eritrea.
El máximo órgano de seguridad mandó así un mensaje al gobierno de Eritrea para que "ponga fin a todos los esfuerzos directos o indirectos por desestabilizar otros estados", según señala un texto que hace clara referencia a su colaboración con la milicia integrista islámica Al Shabab, vinculada a la red Al Qaeda.
"El Consejo de Seguridad condena las violaciones de las resoluciones del Consejo de Seguridad cometidas por Eritrea al prestar apoyo persistente a los grupos armados de oposición, incluido Al Shabab, que intenta socavar la paz y la reconciliación en Somalia y en la región", añade la resolución 2.023.
Dos años después de que el máximo órgano de seguridad aprobara una ronda de sanciones, el Consejo de Seguridad volvió a presionar al Gobierno eritreo para que cumpla las anteriores sanciones que pesan sobre sus integrantes y para dejar de "poner en peligro la estabilidad de la región".
El texto pide también a Eritrea que resuelva sus conflictos fronterizos con Yibuti y, además, condena "la imposición por el Gobierno de Eritrea del 'impuesto de la diáspora' a fin de desestabilizar la región del Cuerno de África e incluso adquirir armas para transferirlos a grupos armados".