Expedición científica busca fugas de metano en la Antártica

Publicado:
| Periodista Digital: EFE

La liberación de grandes cantidades de metano en el pasado ha causado fenómenos naturales similares a "erupciones volcánicas submarinas"

Expedición científica busca fugas de metano en la Antártica
 Foto de Dylan Shaw en Unsplash

El calentamiento del océano puede liberar metano atrapado en hidratos marinos, agravando el cambio climático.

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El análisis de las fugas de gas metano en el océano Austral, provocadas por el cambio climático y con el potencial de acelerarlo, es la misión principal de un equipo científico español que este miércoles inicia su travesía hacia la Antártica para embarcarse en el buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa.

El proyecto ICEFLAME, liderado por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) y el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), investigará y caracterizará las fugas de metano, relacionadas con la respuesta de los depósitos de este gas en estado sólido al retroceso de los glaciares.

Un total de 26 especialistas a bordo del Sarmiento de Gamboa recopilarán datos del lecho oceánico utilizando tecnología avanzada como sondas sísmicas y muestras de sedimento, explorando profundidades que oscilan entre los 500 y 4.000 metros, para identificar posibles fugas.

El metano, un gas de efecto invernadero, posee un impacto climático entre 20 y 40 veces mayor que el dióxido de carbono. En el lecho marino antártico, este gas se acumuló de forma masiva durante el último período glaciar, hace aproximadamente 20.000 años, en forma de hidratos de metano.

Hasta la fecha, no se ha investigado a fondo cómo estos depósitos reaccionan al retroceso glaciar causado por el calentamiento global, según informa el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Los hidratos de metano son estructuras sólidas y cristalinas similares al hielo, extremadamente sensibles a los cambios térmicos. Además de influir en el calentamiento global, también afectan la estabilidad de los sedimentos marinos, con el riesgo potencial de causar explosiones submarinas y deslizamientos que podrían generar tsunamis.

En la región de la península Antártica se estima que hay cerca de 24 gigatoneladas de carbono atrapadas en estos hidratos, una cifra equivalente a dos años de emisiones humanas de CO2. Sin embargo, se desconoce si estos depósitos helados están transformándose en gas metano, un misterio que los investigadores de ICEFLAME buscan resolver.

Los principales responsables del proyecto, Roger Urgeles (ICM-CSIC) y Ricardo León (IGME-CSIC), junto con los expertos Miguel Llorente y Luis Galán, liderarán esta campaña. El equipo embarcará el próximo 12 de enero y trabajará en la zona hasta el 8 de febrero.

El objetivo de ICEFLAME es llenar el vacío de conocimiento sobre la interacción entre los sistemas de metano y los recientes cambios ambientales en la Antártica. "Pretendemos que los resultados del proyecto contribuyan no solo a la ciencia climática, sino también a la comprensión de los riesgos geológicos y ambientales asociados con estos depósitos inestables", señala León.

El análisis de las fugas de gas metano en el océano Austral, provocadas por el cambio climático y con el potencial de acelerarlo, es la misión principal de un equipo científico español que este miércoles inicia su travesía hacia la Antártica para embarcarse en el buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa.

El proyecto ICEFLAME, liderado por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) y el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), investigará y caracterizará las fugas de metano, relacionadas con la respuesta de los depósitos de este gas en estado sólido al retroceso de los glaciares.

Un total de 26 especialistas a bordo del Sarmiento de Gamboa recopilarán datos del lecho oceánico utilizando tecnología avanzada como sondas sísmicas y muestras de sedimento, explorando profundidades que oscilan entre los 500 y 4.000 metros, para identificar posibles fugas.

El metano, un gas de efecto invernadero, posee un impacto climático entre 20 y 40 veces mayor que el dióxido de carbono. En el lecho marino antártico, este gas se acumuló de forma masiva durante el último período glaciar, hace aproximadamente 20.000 años, en forma de hidratos de metano.

Hasta la fecha, no se ha investigado a fondo cómo estos depósitos reaccionan al retroceso glaciar causado por el calentamiento global, según informa el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Los hidratos de metano son estructuras sólidas y cristalinas similares al hielo, extremadamente sensibles a los cambios térmicos. Además de influir en el calentamiento global, también afectan la estabilidad de los sedimentos marinos, con el riesgo potencial de causar explosiones submarinas y deslizamientos que podrían generar tsunamis.

En la región de la península Antártica se estima que hay cerca de 24 gigatoneladas de carbono atrapadas en estos hidratos, una cifra equivalente a dos años de emisiones humanas de CO2. Sin embargo, se desconoce si estos depósitos helados están transformándose en gas metano, un misterio que los investigadores de ICEFLAME buscan resolver.

Los principales responsables del proyecto, Roger Urgeles (ICM-CSIC) y Ricardo León (IGME-CSIC), junto con los expertos Miguel Llorente y Luis Galán, liderarán esta campaña. El equipo embarcará el próximo 12 de enero y trabajará en la zona hasta el 8 de febrero.

El objetivo de ICEFLAME es llenar el vacío de conocimiento sobre la interacción entre los sistemas de metano y los recientes cambios ambientales en la Antártica. "Pretendemos que los resultados del proyecto contribuyan no solo a la ciencia climática, sino también a la comprensión de los riesgos geológicos y ambientales asociados con unos depósitos que se sabe que existen pero sobre los que nadie ha investigado su estabilidad", señala León.

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