El primer ministro de Australia, Scott Morrison, llamó hoy miércoles a consultas al embajador de Turquía en su país y advirtió sobre posibles nuevas acciones en respuesta a unos comentarios "muy ofensivos" del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, tras la matanza de Nueva Zelanda.
Erdogan aludió a la campaña de tropas australianas y neozelandesas en la península turca de Galípoli durante la Primera Guerra Mundial y aseguró que quien visite Turquía con actitud antimusulmana será devuelto a su país en ataúdes "como sus abuelos".
El mandatario turco hizo estas manifestaciones en un acto electoral en el que también mostró imágenes del video grabado por el asaltante de las dos mezquitas de Christchurch y afirmó que si Nueva Zelanda no castiga al autor del atentado, de nacionalidad australiana, lo hará Turquía.
"Me sentí profundamente ofendido, al igual que cualquier otro australiano", dijo el mandatario de Australia, país en el que deben celebrarse elecciones en mayo, a la cadena ABC antes de recibir al embajador turco.
"Esos comentarios distorsionan completamente la clara posición de los gobiernos de Australia y Nueva Zelanda en nuestra respuesta al ataque extremista (...) No pudimos ser más claros en nuestra condena y apoyo a la comunidad musulmana", añadió tras el encuentro.
El embajador turco, Korhan Karakoç, atribuyó los comentarios a un "calentón" en contexto electoral, excusas que no fueron aceptadas por Morrison, quien exigió una rectificación pública y amenazó con revisar la alerta de viaje a Turquía.
"Esperaré a ver cuál es la respuesta del gobierno turco antes de tomar una decisión pero les avanzo que todas las opciones están encima de la mesa", sentenció Morrison.
Gobierno de Nueva Zelanda y Erdogan, cara a cara
Por su parte, la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, evitó criticar las declaraciones del gobernante turco al indicar que el ministro neozelandés de Exteriores, Wintson Peters, viaja a Turquía, donde aclarará los comentarios "cara a cara".
"(Peters) irá allí para aclarar las cosas. Esa es una oportunidad que se debe aprovechar. Tenemos que asegurarnos de que lo que se refleja es el retrato exacto de Nueva Zelanda y los neozelandeses. Y también, de nuestra comunidad musulmana. Esa es su intención", dijo Ardern a la prensa.
La mandataria, que visitó Chirstchurch por segunda vez tras la matanza que dejó 50 muertos y 50 heridos, entre ellos varios turcos, recordó que una delegación del gobierno turco se encuentra en su país "para traer un mensaje de solidaridad a Nueva Zelanda y los afectados por el ataque".
Preguntada por si estaba ofendida como Morrison, Ardern respondió que "no acepto que estemos perdiendo nuestra relación o que la perdamos en el futuro", al recordar los lazos con Turquía, a donde cada año viajan miles de neozelandeses para conmemorar el desembarco de Galípoli.