El padre de una de las víctimas afirma que los dueños del local, "antes de cautelar la vida humana", decidieron proteger sus bienes comerciales.
Un médico paraguayo que perdió a uno de sus hijos en el incendio registrado el 1° de agosto en un hipermercado de Asunción, donde murieron unas 400 personas, denunció por "genocidio" a los propietarios, confirmó este sábado su abogado, Alejandro Nissen.
Roberto Almirón, que perdió a uno de sus hijos en el siniestro, presentó la primera querella por el delito de genocidio contra el dueño del hipermercado Ycuá Bolaños, el empresario Juan Pío Paiva, su hijo Daniel y los guardias del local, que aparecen como responsables inmediatos del hecho, aseguró el jurista.
El ex fiscal Nissen destacó que cientos de testimonios acreditan que en forma previa a las explosiones que precedieron al incendio, los dueños y los guardias de seguridad, "antes de cautelar la vida humana", ordenaron el cierre del local para custodiar y proteger los bienes comerciales.
El abogado afirmó que el crimen colectivo está penado por la Organización de las Naciones Unidas en la Convención sobre Genocidio de 1948, que establece que puede imputarse a individuos particulares y no sólo a dirigentes políticos, religiosos o sociales.
"Los Paiva, su socio comercial Humberto Casaccia, y todos los guardias presentes ese día tienen un alto grado de participación en el hecho porque fueron responsables de obstruir todos y cada uno de los principales accesos y salidas de emergencias del supermercado", agregó Nissen.
La querella es por "supuestos delitos de genocidios, homicidio doloso, omisión de evitar un resultado, omisión de auxilio, actividades peligrosas en la construcción y exposición de personas
en lugares de trabajo peligrosos", los cuales están castigados con penas que van de 15 a 25 años de prisión, según la legislación paraguaya.
"Cuando hablamos de autores (de genocidio), puede ser cualquier individuo particular, cualquier funcionario o estadista", subrayó Nissen, al explicar que no descarta que la próxima semana se sumen a la denuncia otros familiares de personas fallecidas en la tragedia.
Paiva, de 57 años, su hijo Daniel, de 39, y cuatro guardias del local siniestrado están detenidos y procesados por "homicidio culposo", mientras que a Cassaccia, con prisión domiciliaria, le
abrieron una causa por "omisión de auxilio".
En la tragedia, la peor en la historia civil de este país y cuyas causas aún se desconocen, aunque las autoridades apuntan a que pudo deberse a una fuga de gas en la cocina del restaurante, murieron alrededor de 400 personas y otras tantas recibieron atención médica, de los cuales 197 permanecen internadas. (EFE)
