Corea del Norte realiza elecciones para elegir a los nuevos diputados de la Asamblea Popular Suprema, principal órgano legislativo del país, en un ambiente marcado por el fracaso de las negociaciones con EEUU.
La Asamblea Popular Suprema, presidida por Kim Yong-nam, de 91 años, y considerado el presidente ceremonial del país, comprende 687 escaños, uno por cada circunscripción electoral del país.
En cada demarcación se presenta un único candidato y la votación es una mera formalidad, puesto que estos candidatos son elegidos por mayorías abrumadoras (las anteriores legislativas de 2014 tuvieron una participación del 99,97% y cada diputado fue elegido con el 100% de los sufragios, según los medios del régimen).
Los nuevos diputados sustituyen a aquellos elegidos en las anteriores legislativas, las cuales se celebran cada cinco años.
La inmensa mayoría de los diputados pertenecen al Partido de los Trabajadores (en la legislatura que está a punto de concluir, 607 de los 687 escaños son de este bloque) y el resto corresponde a partidos menores que a su vez son afines a la ideología de la formación mayoritaria.
Algunos analistas creen que el régimen puede usar estas votaciones para enviar un mensaje de cohesión nacional a los ciudadanos tras la fracasada cumbre entre el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente de EEUU, Donald Trump.
El sábado, el principal diario del régimen, el Rodong Sinmun destacó que las elecciones "subrayarán esta vez la inquebrantable convicción de la gente a la hora de confiar y apoyar con firmeza al líder supremo (Kim Jong-un) en todo momento".
El pasado viernes, la propaganda norcoreana, que hasta ahora había obviado la falta de acuerdo en la cumbre, también habló por primera vez del resultado negativo de la cita y culpó a Washington de la falta de acuerdo.
Se desconoce cuándo se publicarán los resultados de estos comicios.
En los de 2014, el resultado se hizo público dos días después de la votación.