Los pacientes en estado vegetativo en el Reino Unido podrán ser desconectados sin necesidad de solicitar un permiso legal y existiendo un mutuo acuerdo entre familiares y médicos.
Hasta ahora, para poner fin a la vida de un enfermo en estado vegetativo permanente era necesario acudir al Tribunal de Protección británico, que daba el consentimiento legal, pero que podía tardar meses y tenía un costo de unos 40 millones de pesos.
Tras el fallo de la Corte Suprema británica, no será necesario acudir a este proceso, ya que ahora los familiares del paciente y el personal médico que lo cuida coinciden en la decisión de quitarle las sondas de alimentos y líquidos.
Los jueces del Supremo opinan en su fallo que un acuerdo mutuo entre las familias y los médicos es suficiente para garantizar "la confianza pública" en la decisión adoptada.
Esta medida llega a raíz del caso de un hombre de unos 50 años que se encontraba en estado vegetativo tras sufrir un paro cardíaco y no tenía posibilidades de recuperarse. Ante esto, su familia y los médicos acordaron que lo mejor sería permitirle morir retirándole la sonda que lo alimentaba.
El Servicio de Salud británico le pidió entonces a la Corte Suprema que declarara que no era necesario acudir al Tribunal de Protección en busca del permiso para desconectar al paciente y un juez le dio la razón.