La Fiscalía británica (CPS) pedirá sanciones más duras para penalizar los delitos de odio cometidos en internet, en portales como Twitter o Facebook, según anunció su directora, Alison Saunders, en un artículo divulgado este lunes en "The Guardian".
Los fiscales deberán, a partir de ahora, tratar con igual seriedad los casos en los que se denuncien ese tipo de delitos -motivados en base a elementos como la religión, la raza o la orientación sexual, entre otros- como aquellos que se perpetran cara a cara, según los planes detallados por Saunders.
Según la directora de la Fiscalía pública británica, en el contexto actual esa medida es necesaria, pues los abusos cometidos en línea derivan en el tipo de extremismos vistos recientemente en Charlottesville (Estados Unidos), en el que una mujer falleció atropellada por un coche, que arrolló a una multitud que protestaba contra un acto racista.
"Si se dejan pasar, incluso las ofensas más leves pueden avivar el tipo de hostilidad peligrosa que ha plagado nuestros medios en los últimos días", alertó Saunders, para quien contraatacar esos delitos es "prioritario" para el CPS.
Los nuevos planes contemplarán más persecuciones con sentencias más largas para los imputados, si un juez o un jurado considera que el crimen perpetrado fue motivado por el odio.
La policía cree que el tono encendido que adoptó el debate previo al histórico referendo europeo del 23 de junio de 2016, en el que triunfó la opción del brexit, contribuyó a exacerbar los delitos de odio en este país, principalmente dirigidos contra minorías étnicas.