Las autoridades sanitarias británicas estudian pedir a los pacientes el pasaporte u otra forma de identificación para acceder a la atención médica, a fin de evitar abusos y asegurar el cobro de los tratamientos a los extranjeros.
El Ministerio de Salud evalúa aplicar este plan después de conocerse que algunas áreas del Servicio Nacional de Salud (NHS) ya están solicitando la identificación para algunos tratamientos que no son de urgencia.
El secretario permanente del Ministerio, Chris Wormald, declaró al Comité de Cuentas Públicas de la Cámara de los Comunes que el NHS tiene aún "un camino por recorrer" para poder cobrar por la atención médica a extranjeros, pero admitió que hay problemas para identificar la nacionalidad de los pacientes.
"Tenemos autoridades sanitarias locales que están viendo si piden dos formas de identificación antes del tratamiento", agregó Wormald, que reconoció el carácter "controvertido" del plan, pues supondría pedir a toda la población que facilite un pasaporte.
La congresista Meg Hillier no ocultó su inquietud, pues muchos británicos no tienen pasaporte ni otra forma de identificación (en el Reino Unido no existe un documento nacional de identidad).
"Debido a que nunca viajaron, no tienen pasaporte, o no tienen permiso de conducir (una forma de identificación utilizada en este país) porque nunca han conducido", ejemplificó Hillier.
Esta información sale a la luz en medio de la incertidumbre sobre las negociaciones para la salida británica de la Unión Europea tras el referéndum del pasado 23 de junio.