La primera ministra británica, Theresa May, activará el "brexit", la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), el próximo 29 de marzo, informó este lunes el gobierno.
Un portavoz de la residencia oficial de Downing Street indicó que la jefa del Gobierno comparecerá ante el Parlamento ese mismo día para informar de que invocó el artículo 50, que inicia el proceso formal de negociaciones para la salida del bloque europeo.
La premier enviará una carta oficial al Consejo Europeo para comunicar la intención del Reino Unido de retirarse del bloque e iniciar las negociaciones, añadió la fuente.
Según Downing Street, se espera que este periodo de conversaciones terminen con la retirada del Reino Unido de la UE el 29 de marzo de 2019, casi tres años después de que los británicos votaron en un referéndum a favor de salir del "club" comunitario.
De acuerdo con fuentes oficiales británicas, el embajador del Reino Unido ante la UE, Tim Barrow, informó esta mañana a la oficina del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, de los planes de la primera ministra sobre el artículo 50.
Se espera que Tusk responda al comunicado formal del Reino Unido en un periodo de 48 horas.
Una decisión histórica
Por su parte, el ministro británico para la salida de la UE, David Davis, dijo en un comunicado que "el pueblo del Reino Unido tomó la decisión histórica de salir de la UE. El próximo miércoles, el Gobierno cumplirá con esa decisión y empezará formalmente el proceso para activar el artículo 50".
El ministro, a cargo de las futuras negociaciones sobre la retirada británica, subrayó que se trata de la negociación "más importante" para el país en "una generación".
"El Gobierno es claro sobre sus objetivos: un acuerdo que funcione para cada nación y región del Reino Unido y ciertamente para toda Europa. Una relación nueva, positiva entre el Reino Unido y nuestros amigos y aliados en la Unión Europea", añadió.
La primera ministra podrá invocar el artículo 50 después que el Parlamento de Westminster aprobó la ley que lo autoriza el día 13 de marzo y luego que la reina Isabel II, jefa de Estado británica, la sancionara.