Hussein Osman arribó procedente de Roma a una base de la Fuerza Aérea, en las afueras de la capital británica, escoltado por efectivos de Scotland Yard.
Hussein Osman, uno de los cuatro sospechosos de los fallidos atentados del pasado 21 de julio en Londres, llegó este jueves a Reino Unido desde Roma, luego que tribunales italianos acogieran la solicitud de extradición elevada por autoridades británicas.
Osman, de origen etíope y más conocido en Italia como Hamdi Isaac, es considerado el supuesto responsable del frustrado atentado contra un tren del metro en la estación de Sheperd's Bush.
El sospechoso, detenido en Roma el 29 de julio, llegó en un avión privado a la base de la Real Fuerza Aérea (RAF) de Northolt, a las afueras de Londres, acompañado por agentes de la unidad de extradición de la Policía Metropolitana de Londres, más conocida como Scotland Yard.
El africano fue arrestado por sospecha de intento de asesinato, conspiración para asesinar y presuntos delitos, en virtud de la ley sobre Sustancias Explosivas, según la policía.
El sospechoso fue llevado en un furgón policial a una comisaría de la capital, que se presume es la de Paddington, para ser acusado formalmente. Fuentes oficiales indicaron que Osman comparecerá el viernes 23 de septiembre ante jueces del tribunal de Bow Street, en la prisión de Belmarsh, al sureste de Londres.
Hussein Osman abandonó este mismo jueves la prisión romana de Rebibbia con destino al aeropuerto de Ciampino, desde donde partió extraditado, luego qua la semana pasada perdiera el último recurso judicial contra su extradición a Reino Unido.
Su abogada italiana, Antonietta Sonnessa, presentó la apelación por considerar que su cliente no tendría un juicio justo en Londres.
Los otros tres sospechosos de los ataques del 21 de julio -Ibrahim Muktar Said, Yassin Hassan Omar y Ramzi Mohamed- ya fueron acusados de intento de asesinato y están detenidos en Belmarsh.
En los ataques fallidos del 21 de julio contra la red de transporte de Londres no hubo víctimas porque sólo estallaron los detonadores y no las bombas preparadas por los terroristas.
Esos atentados se produjeron dos semanas después de los del 7 de julio, que también afectaron al Metro de Londres y un bus, pero con un resultado de 56 muertos y cerca de 700 heridos. (EFE)
