La intoxicación inexplicada que sufrió el ex primer ministro ruso Yegor Gaidar el viernes pasado en Dublín y que, según sus allegados, puso en peligro su vida, ha disparado las alarmas y las conjeturas en Rusia.
Anatoli Chubáis, presidente de Sistemas Energéticos Unidos (SEU) -el monopolio eléctrico de Rusia- y antiguo número dos del Gabinete de Gaidar, sugirió este miércoles que el ex primer ministro, hospitalizado desde el lunes en una clínica moscovita con síntomas de fuerte intoxicación, fue envenenado.
"El 24 de noviembre Gaidar estuvo al borde de la muerte. ¿Pudo haber ocurrido por una enfermedad natural?. A juzgar por lo que dicen los mejores médicos que conocen la situación de primera mano, la respuesta es: no", dijo Chubáis, citado por la agencia Interfax.
Gaidar, de 50 años y padre de las reformas económicas rusas pos-soviéticas, cayó enfermo repentinamente el viernes pasado, cuando daba una conferencia en Dublín y tuvo que ser trasladado urgentemente a una unidad de cuidados intensivos de un hospital de la capital irlandesa.
"Abandonó la tribuna y perdió el conocimiento. Estuvo tres horas inconsciente y los médicos temían por su vida", dijo María Gaidar, hija del economista y líder del movimiento juvenil opositor "Da", en declaraciones publicadas por el diario "Kommersant"
El estado del ex jefe de Gobierno y actual director del Instituto de Economía de Períodos de Transición ha mejorado desde que fue trasladado el pasado lunes a una clínica moscovita, mientras los médicos siguen sin determinar la causa de la intoxicación.
La súbita enfermedad de Gaidar se produjo al día siguiente de la muerte en Londres del ex espía ruso Alexandr Litvinenko, en cuyo cuerpo los médicos hallaron huellas de polonio 210, un isótopo radiactivo extremadamente venenoso.
Antes de morir, Litvinenko acusó a los servicios secretos rusos de su envenenamiento y responsabilizó directamente al presidente de Rusia, Vladímir Putin.
Moscú ha rechazado categóricamente cualquier implicación en la muerte de Litvinenko y ha advertido contra los intentos de utilizar el deceso del ex espía para desprestigiar a Rusia y a su presidente.
Chubáis, que tuvo a su cargo el diseño y la aplicación de los primeros programas de privatizaciones, descartó que los servicios secretos rusos estuviesen involucrados en un intento de envenenamiento del ex jefe de Gobierno.
El presidente de SEU, monopolio con participación estatal mayoritaria, señaló que si ése hubiese sido el propósito de los servicios secretos, "en Moscú hubiese sido mucho más fácil y más cómodo que en Dublín".
"Pero para mí lo que es indudable es que una cadena de muertes (Anna) Politkóvskaya-Livtinenko-Gaidar sería muy tentadora para los partidarios de cambiar por la fuerza el régimen constitucional en Rusia", subrayó Chubáis.
El directivo, quien junto con Gaidar fundó el partido liberal ruso Unión de Fuerzas de Derecha (UFD), aludía a la posibilidad de que el asesinato de la periodista, la muerte del ex espía y la misteriosa enfermedad de ex primer ministro tuvieran relación.
Por su parte, el presidente del Consejo de la Federación o Cámara Alta del Parlamento ruso, Serguéi Mirónov, llamó hoy la atención sobre el hecho de que el asesinato de Politkóvskaya, perpetrado en Moscú el 7 de octubre, y la muerte de Litvinenko, se produjeron cuando el presidente Putin se encontraba fuera del país.
"No creo en este tipo de coincidencias", dijo Mirónov a la agencia Interfax.
El vicepresidente de la UDF, Leonid Gozman, expresó su profunda preocupación por la salud de Gaidar y pidió que se esclarecieran las causas de su misteriosa enfermedad.
"Estamos muy, pero muy preocupados (...) Y no duden de que haremos todo lo que esté en nuestra mano para que (Gaidar) se recupere cuanto antes y se esclarezca la situación", subrayó.
Valeri Natérov, portavoz de Gaidar, desmintió las versiones de que el jefe de Gobierno fue envenenado "con ciertos isótopos radiactivos" y añadió que su estado de salud es satisfactorio y que "pronto se reintegrará al trabajo". (EFE)