La ONU certificó este lunes que Rusia sigue cometiendo crímenes que violan el derecho internacional, como torturas contra civiles y prisioneros de guerra, detenciones arbitrarias e incomunicaciones, así como violencia sexual contra hombres y mujeres, en su guerra contra Ucrania, donde en los territorios que ocupa fuerza a los ciudadanos ucranianos a aceptar la nacionalidad rusa.
"Los testimonios de los supervivientes describen una crueldad que es difícil de imaginar, como relatos de shocks eléctricos, violencia sexual y golpizas, que en algunos casos causan huesos y dientes rotos", dijo hoy la alta comisionada adjunta de la ONU para los derechos humanos, Nada Al-Nashif, al actualizar la situación más reciente provocada por la guerra.
Al-Nashif expuso ante el Consejo de Derechos Humanos, en Ginebra, el informe más reciente preparado por una misión que Naciones Unidas desplegó en Ucrania poco después del inicio del conflicto y a la que Rusia no autoriza acceder a su territorio.
Para el informe, que cubre un periodo de seis meses que va de principios de febrero a fines de julio, la misión realizó más de un centenar de visitas al terreno, 27 inspecciones a centros de detención (en Ucrania), 28 visitas a instituciones asistenciales y más de 1.200 entrevistas a víctimas, testigos, familiares y representantes legales.
Desde el inicio de la guerra, el grupo de observadores de derechos humanos ha identificado a más de 1.000 ucranianos detenidos arbitrariamente por las fuerzas rusas, de los cuales 85 fueron encontrados muertos, mientras que 463 siguen en centros de detención.
Asimismo, ha corroborado que en los territorios de Ucrania que Rusia ocupa en el oriente del país (partes de Donestk, Lugansk, Jersón, Mikolaiv y Zaporiyia, además de la península de Crimea) Rusia ha dado de forma masiva pasaportes a los residentes, que en caso de no aceptar son acosados y excluidos de los servicios públicos esenciales.
"También hay un alto riesgo de detención arbitraria de quienes se resisten" a adoptar la nacionalidad rusa, ha denunciado la misión.
Por otra parte, se ha establecido que no se ha creado ningún sistema para que los niños ucranianos que fueron transferidos forzosamente o con engaños a Rusia o a regiones de Ucrania bajo su control puedan retornar a sus familias.
En casos puntuales en los que esto ha sucedido, los niños han contado a los representantes de la ONU que sufrieron o fueron testigos de violencia física y psicológica por parte de personal educativo.
Al-Nashif dijo que se espera extender el acuerdo entre la ONU y el Gobierno de Ucrania para que la misión siga realizando su trabajo.