Este sábado Rusia ejerció su derecho de veto en Naciones Unidas para bloquear una propuesta de resolución impulsada por Francia y España que buscaba exigir un alto el fuego en Siria, durante una votación en el Consejo de Seguridad en la que su propuesta alternativa no logró los votos mínimos para aprobarse.
El texto copatrocinado por Francia y España recibió once votos a favor, dos abstenciones y dos en contra, incluido el de Rusia, uno de los cinco miembros permanentes del máximo órgano de decisiones de Naciones Unidas que tienen poder de veto.
Desde que estalló la guerra civil en Siria hace cinco años, es la quinta ocasión en la que Rusia ejerce ese derecho para bloquear un pronunciamiento del Consejo de Seguridad, pero también es la primera vez que China opta por la abstención en lugar de votar en contra.
La propuesta francoespañola proponía un alto el fuego "inmediato" en Siria y "el fin de todos los bombardeos aéreos" en la ciudad de Alepo para evitar una "catástrofe humanitaria", según defendió el ministro de Exteriores francés, Jean-Marc Ayrault.
"Está en juego el destino de Alepo y, sobre todo, la esperanza de acabar una guerra de consecuencias catastróficas que nos ponen en riesgo a todos", advirtió Ayrault, quien acusó al régimen sirio "y a sus socios" rusos de estar "avivando a los terroristas".
Por su parte, el embajador español ante la ONU, Ramón Oyarzun, exigió que "se detengan los bombardeos aéreos para salvar del desastre a una ciudad milenaria que corre el riesgo de caer arrasada por la brutalidad de esta guerra fratricida".
Esa exigencia del cese de todos los bombardeos contra Alepo, la principal ciudad del norte del país, fue el principal motivo por el que Rusia decidió votar en contra y vetar el texto francoespañol, según afirmó su embajador ante la ONU, Vitaly Churkin.
Batalla de vetos
Después de fracasar el primer proyecto de resolución del orden del día, fue el turno de otra propuesta alternativa elevada a última hora por Rusia ante los miembros del Consejo, que al final no logró el apoyo mínimo necesario para ser aprobada.
En esa segunda votación, el texto ruso solo obtuvo cuatro votos a favor, mientras que nueve fueron en contra y dos abstenciones, así que al no alcanzar los nueve votos necesarios para salir adelante, no hizo falta que ningún país ejerciera su derecho de veto.
"Rusia quiere que haya más diálogo mientras al mismo tiempo buscan tomar la ciudad (de Alepo) por la fuerza, pero nosotros pedimos menos palabras y más acción", dijo el representante de Estados Unidos, David Pressman, tras votar contra la propuesta rusa.
Moscú también proponía decretar un alto el fuego en Siria y el cese inmediato de las hostilidades, pero no hacía ninguna mención al fin de los bombardeos aéreos y se centraba en los últimos esfuerzos de mediación de las Naciones Unidas.
Antes de que concluyera la reunión extraordinaria del Consejo, el embajador sirio, Bashar Jafari, también hizo uso de la palabra pero sin la presencia de los representantes de varios de los países, que decidieron abandonar la sala antes de que empezara su discurso.
"Ahora que ya se han ido (de la sala) los que ni siquiera quieren escuchar palabras, lamento que este Consejo no haya sido capaz de adoptar la propuesta impulsada por usted", dijo Jafari dirigiéndose al embajador Churkin, presidente de turno del Consejo.
Para el embajador sirio, lo ocurrido hoy en la ONU vuelve a poner de manifiesto "por enésima vez" que no existe voluntad política de muchos países "para combatir el terrorismo y apoyar una solución siria a la crisis".
El veto fue duramente criticado por organizaciones como Human Rights Watch (HRW), que acusó a Rusia de volver a "sabotear" los esfuerzos que está haciendo la comunidad internacional para frenar la "carnicería" de civiles en Alepo.