El Ejército ruso ha conquistado, en lo que va del año, un 0,77 por ciento del territorio ucraniano, informó este miércoles el Instituto de Estudio de la Guerra (ISW), organización sin fines de lucro creada en 2007 en Estados Unidos que analiza las operaciones militares en curso.
Desde el 1 de enero, las tropas rusas han tomado 4.669 kilómetros cuadrados, principalmente en las regiones de Donetsk y Zaporiyia. También han logrado avances territoriales en Járkov y Dnipropetrovsk, donde Vladímir Putin ordenó crear una franja de seguridad.
Según el jefe del Kremlin, los rusos han logrado tomar el estratégico bastión de Pokrovsk, su mayor victoria desde que se hicieran con el control del puerto de Mariúpol, también en Donetsk, en los primeros meses de la guerra.
Los ucranianos niegan dicha conquista, además de que recuerdan que aún controlan la mayor parte de la ciudad satélite de Mirnograd.
Moscú también asegura que avanza en la ciudad de Kostiantínivka, de un tamaño similar a Pokrovsk, y desde el norte de Donetsk hacia las localidades de Limán y Síversk, claves en la ofensiva contra las plazas fuertes de Sloviansk y Kramatorsk.
83 bajas por kilómetro cuadrado
El ISW destaca que dichos avances han tenido un altísimo costo en bajas, que el Estado Mayor ucraniano sitúa en 391 mil 270 hombres en los últimos 12 meses, es decir, 83 bajas rusas por kilómetro cuadrado conquistado.
En un intento de hacer frente a tales bajas, Putin firmó esta semana un decreto que autoriza la movilización de 100 mil reservistas para jornadas de instrucción militar en las filas del Ejército, la guardia nacional y el Servicio Federal de Seguridad, entre otros.
El decreto, que incluye dos cláusulas secretas, podría significar, según el ISW, una nueva movilización soterrada, tras el descontento que provocó la movilización parcial de septiembre de 2022, que provocó el exilio de más de un millón de hombres en edad militar.
Putin ya firmó a principios de noviembre otra ley que permite la convocatoria de reservistas para la protección de infraestructuras críticas en territorio de Rusia y en las cuatro regiones ucranianas anexionadas en 2022.