Un centenar de opositores rusos, convocados por los partidos Frente de Izquierdas, Otra Rusia, Solidaridad Civil, entre otros, entregaron al Gobierno ruso cartas que cuestionan las enmiendas y exigen una reforma constitucional "plena".
Los documentos firmados por los opositores afirman que la votación del plebiscito celebrado entre el 25 de junio y el 1 de junio y que permiten a Putin mantenerse en el poder más allá de 2024 "fue una estafa" que escapó "al control social objetivo", lo cual crea "un precedente peligroso".
"En estas circunstancias no es posible confiar en los resultados oficiales de la votación. Todos hemos sido testigos de un engaño a gran escala de los ciudadanos y de una manipulación de sus conciencias", indicaron y afirmaron que no reconocen la legitimidad del plebiscito.
Los opositores exigieron "realizar una reforma plena de la Constitución (y no decorativa como ahora) con el fin de consolidar la sociedad rusa".
Los participantes se reunieron en un parque y marcharon hasta la sede de la Administración presidencial, donde entregaron las misivas firmadas.
El líder de Frente de Izquierdas, Serguéi Udaltsov, llamó a los presentes a "no dejarse llevar por la tristeza, porque es lo que buscan las autoridades, desmoralizar a la gente imponiendo los resultados de las votaciones", que calificó de propaganda "al estilo de Goebbels".
"No creemos en esto, no lo reconocemos, no confiamos en estos resultados", afirmó.
Por su parte, el politólogo Borís Kagarlitski señaló que "este es el fin de la democracia presuntamente controlable, el 1 de julio la democracia en Rusia dejó de existir y dio paso a una dictadura incontrolable. La sociedad debe reaccionar a esto", aseguró.