Ciudad del Cabo, la capital legislativa de Sudáfrica, se convertirá en la primera ciudad importante del mundo en quedarse sin agua, el próximo 29 de abril.
La segunda urbe más poblada del país de África Austral después de Johannesburgo cuenta con menos de 90 días de agua en sus embalses después de tres años de sequía sin precedentes, según relata la revista TIME.
La fecha del denominado "Día Cero" fue recalculado y adelantado una semana el pasado 8 de enero por la alcaldesa Patricia de Lille, basándose en un aumento en el uso diario de los habitantes y que prevé que en dicha jornada las represas bajen por debajo del 13,5 por ciento de su capacidad combinada.
Si bien la metrópolis no se secará literalmente durante el fatídico día, el cieno y los desechos harán que el último 10 por ciento del agua de las presas no se puedan utilizar y las autoridades cortarán el suministro de agua potable en toda la ciudad, excepto en lugares esenciales como hospitales, así como en los barrios más pobres.
A partir del 29 de abril, los residentes tendrán que ir a uno de los 200 puntos de agua municipales en toda la ciudad donde pueden recoger un máximo de 25 litros por día.
Los guardias armados estarán listos para mantener la paz y evitar que nadie tome más de lo que les corresponde.
¿Qué pasos están tomando los residentes?
La Ciudad del Cabo ha limitado el consumo de agua en el hogar a 87 litros por persona por día.
Esta medida, consigna TIME, para la mayoría de los hogares significa mantener duchas de menos de dos minutos, no regar el jardín o lavar el automóvil, abstenerse de enjuagar el inodoro a menos que sea absolutamente necesario, reciclar el agua de baño cuando sea posible y limitar seriamente el uso del lavaplatos y la lavadora.
Sin embargo, según las estadísticas de la ciudad, solo el 54 por ciento de los residentes están alcanzando su objetivo, una de las razones por las cuales el Día Cero se adelantó.
Los planificadores urbanos han señalado por mucho tiempo que la capacidad de agua de Ciudad del Cabo no se ha mantenido al ritmo del crecimiento de la población, que casi se ha duplicado en los últimos 20 años, indica la revista.
Aún así, una sequía de tres años en esta escala es un evento "una vez al milenio", dicen los climatólogos.