El presidente de Ecuador, Rafael Correa, llegó este viernes al Vaticano para entrevistarse con el papa Francisco, en la tercera visita de un jefe de Estado latinoamericano a la Santa Sede, después de las presidentas de Argentina y Brasil.
Correa entró en el pequeño Estado por la plaza de San Pedro y Arco de las Campanas, el itinerario reservado a jefes de Estado y primeros ministros.
El mandatario efectúa una gira por Europa que incluye también Alemania y España. Correa ya estuvo en el Vaticano el pasado 19 de marzo para asistir a la misa solemne de inicio de pontificado de Francisco.
La salida de protocolo
Desde el inicio del encuentro el presidente ecuatoriano rompió el protocolo y abrazó al sacerdote argentino.
"Utilizo estos términos, Santo Padre, informales. ¿Quién iba a decir que un boludo como yo iba a estar aquí?", expresó Correa a Francisco.
En la cita también participó la asistente del presidente ecuatoriano, la que dijo "santidad una bendición para mí y mi familia" al papa. Acto seguido, su jefe comentó: "No la tiene que confesar, sino hacer un exorcismo porque es una dictadora. Me maltrata".
Tras el intercambio de palabras, el papa procedió a bendecirla sin antes pedirle que no "maltratara" al jefe de Estado.
Acudió ese día al Vaticano con su madre, a la que el papa Bergoglio besó.
En el encuentro de el mandatario y el pontífice intercambiaron presentes, informó la Presidencia ecuatoriana.