El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó este jueves refinanciar y reestructurar "todos los pagos externos" del país a partir de mañana, aunque aseguró que liquidará los 1.121 millones de dólares que debe pagar a los tenedores de uno de los bonos de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
"He ordenado que a primera hora de mañana viernes, 3 de noviembre, se inicie el pago del Bono PDVSA 2017, pero luego de este pago, a partir de hoy, decreto un refinanciamiento y una reestructuración de la deuda externa y de todos los pagos de Venezuela", dijo Maduro en cadena obligatoria de medios.
El jefe del Estado nombró una comisión especial presidencial dirigida por el vicepresidente, Tareck el Aissami, para iniciar este proceso "y la lucha contra el bloqueo y la persecución extranjera" contra su país.
"Convoque a todos los bancos, a todos los tenedores de bonos de la República, de bonos de Pdvsa, a todos los que están involucrados en la deuda externa", dijo Maduro dirigiéndose a El Aissami.
El jefe de la revolución bolivariana prometió "un reformateo completo de los pagos de este año para hacer un equilibrio y cubrir las necesidad del país", que atraviesa una grave crisis de escasez agudizada, según los economistas, por la congelación de las importaciones para acumular divisas y así poder pagar deudas externas.
Denunció trato discriminatorio hacia Venezuela
El líder chavista denunció un supuesto trato discriminatorio hacia Venezuela por parte de bancos y otras instituciones financieras internacionales, y culpó a las sanciones dictadas por Estados Unidos contra Venezuela de las dificultades de acceso al crédito que experimenta el país caribeño.
"Yo tenía un bono ya listo, legal, con el cual íbamos a obtener entre 3.500 a 5.000 millones de dólares hace dos meses, y Donald Trump por petición de Julio Borges vetó ese bono", declaró Maduro en referencia al presidente del Parlamento, el opositor Julio Borges, que ha pedido en el pasado que no se financie al gobierno venezolano.
Las sanciones financieras de Estados Unidos fueron dictadas en agosto por la Administración de Trump y castigan la supuesta deriva totalitaria del Gobierno de Caracas.
La medida prohíbe "negociaciones en deuda nueva y capital emitidas por el Gobierno de Venezuela y su compañía petrolera estatal", además de las "negociaciones con ciertos bonos existentes del sector público venezolano, así como pagos de dividendos al Gobierno de Venezuela".
"Hoy por hoy, si Venezuela quiere salir al mundo a refinanciar uno de estos bonos que tenemos que pagar, no puede, está prohibido por la dictadura financiera mundial del imperialismo norteamericano", dijo Maduro, que añadió que su país tampoco puede "salir a colocar un bono para obtener un dinero o pedir un crédito".
Venezuela y su empresa pública más importante, PDVSA, debía pagar a los tenedores de bonos entre octubre y noviembre más de 3.500 millones de dólares en concepto de capital e intereses.
PDVSA cumplió a tiempo el pasado viernes con el primero de esos pagos, al abonar más de 800 millones de dólares a los tenedores de uno de sus bonos.
Esta liquidación evitó una temida suspensión de pagos que la estatal evitará también honrando su compromiso de mañana si se cumple lo anunciado por Maduro.