El gobierno de EE.UU. defendió ante la Organización de Estados Americanos (OEA) las sanciones que impuso este viernes contra seis mandos de las fuerzas de seguridad de Venezuela, así como las nuevas restricciones de visados para "docenas" de aliados del presidente venezolano Nicolás Maduro.
El subsecretario del Departamento del Tesoro de EE.UU., Marshall Billingslea, explicó que las nuevas sanciones son una represalia a la "despiadada barbarie" ordenada por Maduro el pasado fin de semana, cuando la oposición intentó introducir en Venezuela toneladas de ayuda humanitaria que había sido almacenada en Brasil y Colombia.
"Las trágicas muertes de varios venezolanos este fin de semana que solo querían asegurar medicinas y comida para sus familias y para ellos muestra la despiadada barbarie que ocurre en nuestro continente. Es inaceptable. Y en respuesta (...) EE.UU. vuelve a imponer sanciones", dijo Billingslea.
Minutos antes de su discurso, el Departamento del Tesoro de EE.UU. había anunciado en un comunicado sanciones contra seis miembros de las fuerzas estatales de Venezuela, entre los que se encuentran tres altos cargos del estado venezolano de Táchira, vecino del colombiano Norte de Santander, a los que acusa de impedir la entrada de la asistencia.
Las manifestaciones del pasado fin de semana a favor de la entrada de la ayuda humanitaria, especialmente las del sábado, desencadenaron enfrentamientos que se saldaron con unos 300 heridos en Táchira y al menos cinco muertos en el estado venezolano de Bolívar, según datos de organizaciones no gubernamentales.
Entre los sancionados por EE.UU. figura Richard Jesús López Vargas, un comandante de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) al que Washington acusa de ser "uno de los altos oficiales militares de Venezuela que están ayudando a Maduro a mantener control sobre las Fuerzas Armadas", precisa la nota del Departamento del Tesoro.
En su intervención en la OEA, Billingslea destacó: "Estos seis oficiales que nosotros sancionamos hoy y contra cuyos recursos financieros actuamos controlaban parte de los grupos que impidieron la entrada de ayuda a Venezuela".
Como resultado de las sanciones, quedan congelados todos los activos o bienes inmuebles que los seis venezolanos puedan tener bajo jurisdicción estadounidense y, además, se les prohíbe hacer transacciones financieras en Estados Unidos.
No obstante, las sanciones no son "permanentes" y podrían ser levantadas si los sancionados respaldan al líder opositor Juan Guaidó, que se proclamó presidente interino de Venezuela el pasado 23 de enero y que ha sido reconocido por medio centenar de países, indicó en el foro de la OEA Michael Kozak, un alto funcionario del Departamento de Estado.
"EE.UU. -aseguró Kozak- levantará las sanciones a aquellas personas que tomen acciones concretas y significativas para desobedecer al régimen ilegítimo de Maduro, respaldar a Guaidó y ayudar al Gobierno interino legítimo de Venezuela para que haya elecciones libres y justas".
Más allá de las sanciones, EE.UU. anunció que el 28 de febrero revocó los visados de 49 "aliados" de Maduro y sus familiares, quienes a partir de ahora no podrán entrar o residir en territorio estadounidense.
El embajador estadounidense ante la OEA, Carlos Trujillo, reiteró que su gobierno seguirá presionando a Maduro y tratando de aumentar el apoyo internacional a Guaidó.
"La ayuda humanitaria -consideró Trujillo- es solo una solución temporal para un problema mucho más profundo que solo se resolverá con la restauración de la democracia en Venezuela. Urgimos, por tanto, a todos los miembros de la OEA a presionar a Venezuela para restaurar la democracia".
Trujillo intervino en la jornada de audiencias de la OEA, que estuvo centrada en la corrupción gubernamental en Venezuela y la crisis humanitaria en el país.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, inauguró la conferencia con un discurso en el que afirmó que la corrupción es el "eje" sobre el que se ha consolidado el gobierno de Maduro, al que volvió a acusar de crímenes de lesa humanidad.