Fuera de los contenidos expresados en el debate presidencial de este miércoles, las mayores diferencias entre Michelle Bachelet y Sebastián Piñera se vieron en la disposición con que cada uno se plantó en el "cuadrilátero" de Espacio Riesco.
En la esquina azul con corbata amarilla, el representante de la Alianza aprovechó cada momento que tuvo para criticar el Gobierno de Ricardo Lagos, emplazar a su contrincante a un debate regional, o a que se pronunciara sobre el supuesto gasto de dineros públicos en candidaturas de la Concertación.
En el otro extremo, vestida de rojo, la ex ministra de Defensa aplicó sus conocimientos en el tema para responder algunos de los embates -ya que otros simplemente los esquivó- precisar conceptos y concentrarse en los temas que los periodistas designados por los canales pusieron sobre el ring.
Un ejemplo vivo del conflicto de palabras la representó la imagen que pudieron ver los telespectadores atentos a las reacciones al debate.
El ex ministro de Educación Sergio Bitar se acercó al set de telvisión para increpar a Sebastián Piñera a quien apuntó con un dedo y calificó de "poco hombre" y "cobarde" por haberlo aludido durante el foro.
Pero sólo fue un amago de conato, provocado por la crítica del empresario a que el nuevo vocero del comando de Bachelet haya abandonado la cartera justo antes de que se conocieran los puntajes de la PSU, que evidenciaron una diferencia entre los alumnos de colegios privados y públicos.
El descanso
No todo fue conflicto en el "cuadrilátero" de Espacio Riesco. Hubo momentos para los choques amigables de guantes, como la coincidencia, aunque con matices, en que el peor gobierno de los últimas décadas fue la dictadura de Augusto Pinochet. Piñera precisó que Salvador Allende acompaña en esta categoría al general (r) que lo derrocó.
También hubo acuerdo en la categoría de mejor presidente, donde ambos mencionaron en segundo lugar a Patricio Aylwin. La doctora socialista rompió las reglas del juego, que sacaban de la competencia a Ricardo Lagos, y se inclinó por su correligionario. En tanto, el empresario mantuvo su tendencia y se acercó al centro político al optar por Eduardo Frei Montalva.
La disciplina de Bachelet
Ni siquiera en un punto donde podría haber asumido la ofensiva Bachelet se salió de la estrategia que había definido antes de la contienda. Ante la pregunta sobre el apoyo de los ex uniformados al empresario a cambio de mantener sus beneficios previsionales y "terminar con el desfile ante tribunales" de militares.
La candidata optó por responder el tema previsional, recordando que la derecha le cerró el paso a un proyecto que envió cuando era ministra, pero no se refirió al tema de derechos humanos, que no ha sido tocado en ningún foro presidencial.
Piñera al ataque
Desde el rincón de Sebastián Piñera la estrategia estaba clara, ir siempre al frente. Y así lo hizo, cada vez que tomó la palabra aprovechó de profundizar alguna respuesta anterior o rebatir una de su contendora.
Pero además la idea era imponer sus propios temas, como un debate regional o el uso de platas fiscales en campañas de la Concertación. En ambas oportunidades la "cintura" de su oponente fue hábil y logró esquivar el conflicto.
"Quiero pedirle a usted que opte no por una coalición que ya está gastada, cuyo mejor tiempo quedó atrás, que ya lleva 16 años. Que opte por una Alianza nueva, renovada, amplia, integradora, para cambiar su vida", embistió el candidato de la derecha en su minuto final, dando cuenta de que la estrategia debía seguirse durante todo el combate.
"Juntos recuperamos la democracia. Ahora los invito a otro gran hito histórico, a hacer historia, a elegir a la primera mujer Presidenta de Chile, hagamos historia", expresó por su lado Bachelet.
La decisión
Las estrategias con que ambos candidatos llegaron al duelo efectuado en Espacio Riesco fueron distintas, pero pocos fueron los puntos de fondo en que difirieron.
En el tema internacional se vieron golpes diferentes en cada esquina cuando fueron consultados por los triunfos electorales de izquierda en los países vecinos.
Mientras al empresario se le vio preocupado por la izquierdización de Sudamérica, con Gobiernos como los de Hugo Chávez en Venezuela, Néstor Kirchner en Argentina y el próximo de Evo Morales en Bolivia; la candidata sentenció que ni Argentina, Perú ni Bolivia suponen una amenaza para Chile, y se mostró contraria a "una teoría de la de la demonización de lo que está pasando en América Latina".
En el mismo round la pregunta derivó hacia los problemas energéticos y las sociedades que buscará Chile con los vecinos. El candidato de derecha indicó que buscará paliar el déficit de energía facilitando nuevas fuentes como "la instalación de turbinas", sin especificar el tipo.
Por otro lado, la doctora optó por mantener la estrategia del Gobierno de Lagos y mencionó el "anillo energético" en América Latina, por lo que resaltó la importancia de mantener una buena relación.
Los estilos marcaron las diferencias en el duelo llevado a cabo este miércoles en el escenario emplazado en la comuna de Huechuraba y que tendrá un ganador el domingo 15 de enero.
Recién después de contados los votos del balotaje habrá una decisión clara del vencedor de este combate a dos vueltas.