Una nueva ordenanza es la vía por la que la Municipalidad de Valparaíso buscará enfrentar el problema de las más de 1.000 órdenes de demolición que están pendientes en la ciudad y que por falta de presupuesto no se pueden ejecutar.
Este camino pretende privilegiar las demoliciones de los casos más complejos, como dos casonas que se quemaron esta semana y que tienen que ser derrumbadas, y por otro lado el municipio apunta a una campaña de tenencia responsable.
"Estamos trabajando en una modificación de la ordenanza municipal para poder tener más facultades para poder intervenir en estas casas abandonadas y en segundo lugar estamos trabajando en una campaña de tenencia responsable de propiedad que lo que busca es cambiar la forma en lo cultural que el porteño se relaciona con su propiedad, de tal manera que estamos tomando medidas", dijo el alcalde Jorge Sharp.
"Evidentemente hay cosas que escapan del ámbito de acción de la Municipalidad, como que una casa esté ocupada por personas que no son sus dueños o que los circuitos eléctricos no estén actualizados tal cual pueden estar", añadió el jefe comunal.
La idea es que el municipio pueda tener la administración de estos inmuebles y que se puedan establecer multas a los privados que abandonen estas viviendas, teniendo en cuenta que la sola demolición de una vivienda abandonada y en ruinas implica unos 30 millones de pesos.
Según el comandante de Bomberos de Valparaíso Rodrigo Romo, estas casas son un riesgo para los propios voluntarios.
"Son casas de mucha data, construcción antigua, gran parte de adobe y al no tener una conservación y al producirse este tipo de emergencia no pueden ser atacadas en forma rápida ni por su interior", dijo.
"Como tienen tanto riesgo de derrumbe no podemos arriesgar a nuestro personal a hacer ingreso y poder hacer técnicas de evitar la propagación de una forma más rápida, por lo que se tiene que hacer es ocupar técnicas solamente del exterior", añadió el comandante.