Orlando Sáenz Rojas, presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) entre 1971 y 1974, reinvindicó este viernes, en conversación con Cooperativa, las acciones de desestabilización que emprendió dicha asociación gremial contra el Gobierno de Salvador Allende en alianza con las Fuerzas Armadas.
Sáenz afirmó haber estado "tres veces preso durante el régimen de Allende", sufrido un atentado con bomba en mi casa y disparos contra su auto. Dijo haberse convencido de que el golpe de Estado era la única solución "más o menos en septiembre de 71".
Desde entonces la patronal comenzó a aliarse "con la Marina -que fue la primera en sensibilizarse a lo que estábamos diciendo respecto a la destrucción de Chile- y luego siguió la Fuerza Aérea y bien al final ya el Ejército".
El ex líder gremial negó además que la Sofofa haya recibido financiamiento o apoyo de la CIA norteamericana: "Si lo hubo nosotros no lo conocimos nunca, como contacto ni como dinero ni nada".
Afirmó que en la historiografía se resalta el rol de Estados Unidos en el derrocamiento de Allende porque "el marxismo en Chile nunca ha podido sicológicamente aceptar la idea de que lo que lo sacó del poder fue el pueblo de Chile, entonces tiene que buscar explicaciones esotéricas, siniestras".
Negó también que los gremios industriales complotaran para producir escasez de productos: "Si hay alguien culpable del desabastecimiento es el propio desorden y el manejo caótico de las empresas que habían caído en manos de la llamada Área Social".
Salvador Allende "no supo controlar o no quiso controlar el proceso", estimó.
"Bajas de guerra"
Orlando Sáenz se integró al régimen dictatorial tras el golpe como asesor económico de la Cancillería y salió a los pocos meses, en 1974, tras conocer las violaciones a los derechos huimanos por parte de los aparatos represivos de Pinochet, indicó.
"Me fui del gobierno precisamente por ese problema", dijo el empresario a El Diario de Cooperativa.
"Cuando yo me retiré del Gobierno tuve una última conversación muy terca con el propio general Pinochet de la cual salí convencido de que el hombre creía a pie juntillas que estaba en guerra, y que, por tanto, todas estas violaciones a los derechos humanos eran 'bajas de guerra'", afirmó, considerando que "no" es creíble que los otros civiles que participan en la dictadura no estuvieran enterados de lo que sucedía.
"Es muy difícil ponerse en la mentalidad, en la mente de otra gente. Lo mío es que yo no podía dejar de darme cuenta de lo que pasaba, y era demasiado evidente para que yo pueda pensar que alguien, desde la posición que yo tenía, no viera lo que estaba pasando", indicó,
"Yo estaba en una función que no tenía nada que ver con esto, que era el problema económico", pero desde las embajadas "a mí me empezaron a llegar las quejas de los problemas relacionados con los derechos humanos desde muy al principio", lo que afectó su desempeño, "porque enturbió las relaciones con Estados Unidos".
Por este tema "había fricciones muy grandes dentro del Gobierno mismo", aseguró.
"Pinochet era un desastre como político"
El ex timonel de la Sofofa atribuyó todos los atropellos a los derechos humanos a la "visión militar" con la que Pinochet condujo su administración de facto, tanto en lo político como lo económico.
"Pinochet y los militares no tenían nada de políticos. No hubo nunca un intento serio de darle contenido ideológico muy definido a lo que estaban haciendo", salvo con el caso del partido Avanzada Nacional, planteó.
"Eso iba contra la naturaleza del propio Pinochet, que era un hombre muy pragmático, que no tenía ninguna sofisticación política, ideológica. Él entendía la lógica militar, y las ganó todas mientras manejó al país en la lógica militar, y las perdió todas cuando empezó a jugar a ser político. Era un desastre como político y así funcionó", sentenció el ex dirigente empresarial.