Durante este año, 44 nuevos condenados por delitos de lesa humanidad ocurridos durante la dictadura militar han sido enviados a la cárcel de Colina 1.
De acuerdo a El Mercurio, que cita fuentes del Gobierno, la medida responde a una decisión judicial ante la imposibilidad de ampliar los cupos en el penal de Punta Peuco, que parece estar a tope con sus 129 internos.
Los nuevos sentenciados fueron llevados a un pabellón de alta seguridad que desde abril pasado estaba listo para recibirlos, tras ser construido por instrucción en septiembre de 2015 de la entonces ministra de Justicia, Javiera Blanco.
Éste consta de 120 celdas individuales de dos por tres metros, debido a que son destinadas a una población de alto riesgo o que tienen enfermedades terminales, y cuentan con una litera, una taza de WC y un lavamanos.
Actualmente hay 76 cupos disponibles en dicho pabellón, que no daría abasto para recibir a los internos de Punta Peuco si es cerrado -aún no hay decisión política al respecto-, excepto si se ponen camarotes en cada celda para duplicar su capacidad.
De cualquier modo, aseguran las fuentes citadas por el matutino, exista o no la decisión política, se debe buscar algún modo para que el acceso al recinto penitenciario no sea el mismo que el que se usa para los demás presos de Colina 1, una de las cárceles más peligrosas del país.