Memoria y ciencia: Centro interuniversitario trabaja en proyecto sobre el aluvión de Macul
Se busca rescatar la historia del desastre de 1993 y usarla para mejorar la gestión del actual riesgo.
Se busca rescatar la historia del desastre de 1993 y usarla para mejorar la gestión del actual riesgo.
Un proyecto del Centro de Investigación para la Gestión Integrada de Riesgo de Desastres (Cigiden) trabaja en el rescate de la memoria local del aluvión de Macul, en 1993, así como en su uso para gestionar de mejor forma el riesgo que sigue teniendo esa quebrada.
"Vivimos intranquilos, ya que la quebrada es un peligro latente. Es una quebrada muy extensa y no se han hecho los trabajos comprometidos en 1997", afirma Juan Carlos Alcaino, sobrevivientes del aluvión y presidente del Centro Intercultural Quebrada de Macul (Ciqma).
El aluvión en la Quebrada de Macul, el 3 de mayo de 1993, fue declarado por la Onemi como uno de las peores catástrofes desde la década del '50.
La emergencia causó 26 víctimas fatales, 8 desaparecidos, 85 heridos, 5.600 viviendas dañadas, 307 viviendas destruidas y 32 mil damnificados.
La investigación del Cigiden
"En contraste con la memoria de los sobrevivientes y el conocimiento de la quebrada y sus alrededores, nos dimos cuenta que la planificación territorial no ha atendido de manera suficiente los efectos de la urbanización en las zonas precordilleranas y tampoco la evidencia de lo que fue este desastre socionatural", detalla Valentina Acuña, historiadora e investigadora.
La antropóloga e investigadora del Cigiden Leila Juzam agrega que "al conocer la inquietud local y al ser parte de un de un centro de investigación interdisciplinario, decidimos ampliar los horizontes de las ciencias sociales e incorporar los conocimientos de las Ciencias de la Tierra como una tarea conjunta".
Así, el proyecto "Entre memoria, ciencias y comunidad: el aluvión de la Quebrada de Macul de 1993 hoy" busca explorar etnográficamente la memoria del aluvión junto a sus sobrevivientes, a través de visitas a terreno, entrevistas y la revisión de archivos históricos.
También el trabajo incorpora, desde las ciencias geológicas, datos meteorológicos, indicadores e imágenes procesadas con softwares de última generación.
"Para el desarrollo del proyecto ha sido clave considerar los testimonios de la comunidad -a través de los años-, para así identificar debilidades en la resiliencia de las personas, en la planificación territorial y falencias actuales en las estrategias preventivas aluvional de las entidades públicas", asegura la geóloga e investigadora, Francisca Roldán.
El aluvión de la Quebrada de Macul ha sido descrito con una primera ola de casi 300 metros de ancho, que se desplazó a una velocidad de 15 kilómetros por hora y siguiendo el cauce de la quebrada, provocando desbordes de los canales San Carlos, Las Perdices y Zanjón de la Aguada; la tragedia hizo que el nivel del Río Mapocho aumentara casi 20 y hasta la interrupción de la ruta a Mendoza, por una avalancha de piedras.
27 años de la trágica emergencia que afectó a modestas familias en el aluvión en la quebrada de Macul. Nuestra Compañía cumplió una importante labor de rescate y traslado de personas
— Bomba Peñalolen (@Octavacbn) May 3, 2020
Hoy recordamos a quienes perdieron la vida y el gran trabajo de las compañías del @BomberosNunoa pic.twitter.com/Nokgm54UgS