La Universidad de Concepción anunció que, ante el quiebre de la mesa de negoción con las representantes de la toma feminista, realizó convenios con colegios para poder hacer clases a sus estudiantes.
Aunque solo uno pudo ser concretado producto de las protestas que se generaron afuera de los recintos y que provocaron que los colegios Providencia y Salesianos decidieran cancelar el convenio por problemas de "seguridad" para sus comunidades.
La directora de Docencia del plantel, Carolyn Fernández, confirmó que ya hay cinco establecimientos secundarios arrendados y que no se va a desalojar.
"El retomar la actividad académica tiene tres ejes fundamentales en este minuto. En esta Universidad no estamos dispuestos a perder el sello de calidad que tenemos y, por lo tanto, no existe la posibilidad de acortar el semestre ni de disminuir las horas de clases, ni de permutar la actividad académica", aseguró Fernández.
La funcionaria apuntó además a "los convenios de práctica, que también están en riesgo" y, por último, indicó que "todos los beneficios estudiantiles y particularmente la gratuidad se afectan" con las clases suspendidas.
La situación más compleja se vive en la Facultad de Educación, donde se cumplen ocho semanas sin clases. Consultadas las autoridades por un eventual desalojo, aseguraron que ése no será el camino.
"No es una medida que la universidad está barajando por los riesgos que implica particularmente cualquier confrontación o cualquier actividad de ese tipo. No es una opción", indicó Fernández.
Quiebre de la mesa negociadora
El pasado 22 de junio se rompió la mesa de diálogo entre las alumnas movilizadas y las autoridades, ya que la Universidad quería retomar las clases lo antes posible y el estudiantado exigía que se avanzara, antes, en el petitorio.
"Dieron este llamado del inicio de clases donde no estaban respetando los paros y las tomas estudiantiles votadas de manera democrática por el estudiantado", afirmó Sofía Cifuentes, vocera del Movimiento de Mujeres Autoconvocadas de la Universidad de Concepción.
"Nosotras estábamos pidiendo si se podía aplazar una semana el inicio de clases, solucionar el conflicto y bajar las tomas", explicó: "Luego les presentamos otra propuesta que era negociar el petitorio entero de 25 páginas en tres días intensivos, donde las nueve tomas se hubiesen bajado y hubiésemos ingresado a clases el día jueves".
Sin embargo, "ellos decidieron quebrar la mesa", finalizó Cifuentes.
"Esto nos pasa a llevar, nuestra democracia estudiantil. Deja entrever también los intereses de las autoridades. Si uno baja las movilizaciones sin tener algo ya firmado, algo concreto, algo zanjado, a uno no le cumplen lo que uno pide", agregó la vocera de las estudiantes movilizadas
"Lo más importante es poder sacar a los acosadores de las aulas, tanto profesores como estudiantes. Tenemos más de 20 casos de acoso y abuso sexual", finalizó.
Mineduc dice que es una decisión autónoma
Desde el Mineduc, el jefe de la Dirección de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas, recordo que "las instituciones son autónomas".
"Por supuesto que lo ideal sería que las tomas se depusieran y que las clases pudieran impartirse donde corresponde. Pero si ésa es una manera a través de la cual se pueden hacer esfuerzos para no perder los semestres o para perder la menor cantidad posible de clases, yo no veo problemas en ello", aseguró.
