Edgardo Toro, director del Centro Antú de Valparaíso -que se enfoca en la reparación de víctimas de la explotación sexual y juvenil-, señaló que las acusaciones de eventuales nexos con marinos extranjeros son "razonables y probables", de acuerdo a su experiencia en la ciudad puerto.
"Lo que nosotros nos hemos enterado, posteriormente (de la denuncia del abogado Hugo Gutiérrez), es que las chicas participantes de estas redes de explotación sexual comercial señalan que ellos vieron ahí marinos", indicó Toro en conversación con Una Nueva Mañana.
El asistente social aludió así a la denuncia de la Asamblea Nacional de Derechos Humanos, que acusó que la Unidad de Inteligencia Naval Ancla II encubrió violaciones de menores de edad de parte de las milicias extranjeras que participaron de la Operación Unitas, desarrollada en Valparaíso en 2007.
"Si nos pregunta a nosotros, eso puede ser razonable", sostuvo Toro, para luego detallar que en los locales nocturnos presuntamente involucrados en la red se observa "un mercado de comercio sexual infantil y adulto, pero también una red de trata y tráfico internacional".
"En un local que funciona por más de 10 años, lo más probable es que como local nocturno por ahí estuvieran marinos internacionales", concluyó.
El especialista sostuvo que, como centro especializado, ante cualquier antecedente que pueda constituir delito, se derivan los antecedentes en la Fiscalía correspondiente y que "muchas de las informaciones que han estado puestas en el tapete han sido denuncias que también nosotros hemos hecho".
Toro precisó que en 2007 la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Católica de Valparaíso y la ONG Paicabí -de la que depende el Centro Antú- impulsaron una investigación que detectó 101 casos de explotación sexual en la Región de Valparaíso, que -según remarcó- recogió desde la prensa el abogado Hugo Gutiérrez para recabar antecedentes.