El Ministerio de Defensa informó que más de seis mil minas antipersonales y antitanques, ubicadas en la zona fronteriza con Perú, fueron destruidas este miércoles. Con esto, Chile ha eliminado hasta la fecha el 46 por ciento de las 181.814 artefactos explosivos sembrados en su territorio, en su mayoría fruto de los conflictos con los países vecinos en los años setenta.
El Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet ha expresado su compromiso de sacar las minas antipersonales en cumplimiento de los compromisos internacionales suscritos antes del año 2020, tras obtener una prórroga por parte de los Estados miembros de la Convención de Otawwa.
Este acuerdo, que entró en vigor en marzo de 1999 y que inicialmente fue suscrito por 122 gobiernos, es el principal tratado internacional sobre la prohibición del empleo, almacenamiento, producción, transferencia y destrucción de minas antipersonales.
Chile lo incorporó a su ordenamiento jurídico en marzo de 2002, convirtiéndose así en el Estado número 161 que se sumaba al desafío global de contribuir a la disminución de víctimas causadas por este tipo de armas en el mundo.
El compromiso de Chile
En línea con esta decisión, se creó la Comisión Nacional de Desminado, cuyo objetivo es planificar, coordinar, dirigir y controlar las actividades de desarticulación de estos explosivos en todo el país.
Una de sus primeras tareas fue destruir las minas almacenadas o en stock. Y aunque la Convención de Ottawa se refiere sólo a las minas antipersonas, en Chile se empezaron a desarticular también las minas antitanques, que al igual que las anteriores fueron instaladas en la década de los años 70.
Y esto porque las autoridades consideran que ambos tipos de artefactos causan muertes y mutilaciones de forma indiscriminada y obstruyen el desarrollo económico de las localidades cercanas a los campos minados.
Según el Ejecutivo, el compromiso de Chile es su eliminación del territorio en el menor tiempo posible, a pesar de las dificultades que impone la geografía del país, con climas extremos y un abrupto relieve.
Los problemas tras el aluvión
Actualmente más de 200 desminadores altamente capacitados de las Fuerzas Armadas integran las unidades dedicadas a esta labor.
En la zona de Arica, ciudad situada en la frontera con Perú, existían 77 áreas minadas, 30 de las cuales ya han sido despejadas gracias a la labor de un centenar de especialistas que han trabajado en la zona desde 2004 para destruir un total de 41.389 artefactos.
Sin embargo, tras el aluvión ocurrido en febrero de 2012, centenares de minas que estaban depositadas en el lecho de la quebrada Escritos fueron desplazadas hacia el mar.
La organización no gubernamental (ONG) Norwegian People's Aid, con el permiso de los gobiernos de Chile y Perú, encontró, retiró y destruyó 261 minas antipersonas y 72 minas antitanques.
A pesar de ello, las autoridades no descartan la potencial presencia de minas en la playa o en el fondo marino cercano al norte y al sur del llamado Hito 1, y su retirada reviste un alto grado de dificultad.
Tras la visita en mayo de este año de una delegación de inspectores internacionales, Chile fue elegido como anfitrión de la 15ª Reunión de los Estados Partes de la Convención de Ottawa sobre Minas Antipersonas, que tendrá lugar en 2016.
En este encuentro, el más importante a nivel mundial sobre prohibición de minas antipersonas, Chile aprovechará para intensificar la difusión de los riesgos de las minas entre los niños y jóvenes y llamar la atención sobre la educación preventiva.