Unas dos mil personas llegaron la tarde de este sábado a la misa de desagravio que el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, realizó en la Iglesia de la Gratitud Nacional, la que resultó con varios daños producto del actuar de encapuchados tras la marcha estudiantil de este jueves.
"Mi homilía se refería a como estamos llamados todos a ser misericordiosos, a reconocer nuestras faltas y a poner el empeño más profundo del corazón para reparar lo que pueden ser motivos o motivaciones que producen también desencuentros", dijo el cardenal.
El sacerdote señaló que "la Iglesia llama, justamente en este año de la misericordia, a alargar el corazón, a ser misericordiosos y a vivir la misma actitud de Jesús en la cruz que mencioné al inicio de la homilía".
"Padre, perdónalos, perdónalos porque no saben lo que hacen", recordó Ezzati.
"En el joven más desgraciado hay siempre un punto de bien"
El provincial de los Salesianos en Chile, Alberto Lorenzelli, hizo un mensaje particular a los jóvenes que destruyeron la figura de yeso de un cristo crucificado que se encontraba al interior de la iglesia.
"En el joven más desgraciado hay siempre un punto de bien que hay que irlo a buscar. Nosotros en ellos queremos ir a buscar ese punto de bien, porque yo creo que esos jóvenes no son malos, pero pienso que son jóvenes infelices", dijo el religioso.
"Entonces quisiéramos decirles a esos jóvenes que de parte nuestra hay sentimientos de perdón, de encuentro, de diálogo, pero queremos que sean jóvenes felices", añadió Lorenzelli.
La ceremonia religiosa estuvo marcada por llamados al perdón y a la misericordia así como también por la gran presencia de fieles, los que sostuvieron una velatón en las afueras del recinto.