Tres de las cuatro puertas de la Iglesia de la Gratitud Nacional fueron reemplazadas por láminas de metal para así evitar nuevos ataques al templo durante protestas.
Como consignó El Mercurio, la medida busca evitar que se repitan situaciones como el ataque con molotov de agosto de 2011 o el saqueo del último 9 de junio, cuando un grupo de encapuchados rompió una imagen de Cristo.
"Optamos por cambiar ambas puertas laterales, porque podría transformarse en un foco (de peligro)", aseguró el director de la comunidad religiosa Salesianos Alameda, Galvarino Jofré.
La medida costó 2,9 millones de pesos pero aún falta reemplazar la sección superior de ambas puertas, lo que se hará "cuando tengamos los recursos", indicó el religioso.
Debido a la condición de Monumento Nacional, cualquier cambio en la Gratitud Nacional debe ser aprobada por el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN).
"Cuando las puertas están todas estropeadas, no sé si vale y cabe pedir tanta autorización, dado que, y lo he planteado en varias oportunidades, cada vez que autorizan una marcha, termina aquí", se defiende Jofré.
La secretaria técnica del CMN, Ana Paz Cárdenas, sostuvo que "el consejo debió haber sido consultado sobre un cambio de esa relevancia", aunque comprende que el templo ha sido víctima de diversos ataques.