El médico James Hamilton detalló a Cooperativa los motivos que llevaron a los querellantes del "caso Karadima" -él incluido- a suspender el proceso de conciliación con el Arzobispado de Santiago en el marco de la demanda civil que presentaron en 2013.
La decisión fue informada a primera hora de esta mañana mediante una declaración pública en la que Hamilton, Juan Carlos Cruz y José Andrés Murillo, acusaron a los cardenales Ricardo Ezzati y Francisco Javier Errázuriz de intentar "reescribir la historia" para "limpiar su su imagen".
"En este proceso de conciliación se nos pedía 'reinterpretar', 'reconsiderar' los hechos en los cuales ellos estaban involucrados o los accionares de ellos estaban involucrados, lo que nos pareció muy poco adecuado a la fidelidad a los fallos ya establecidos, porque el objetivo (de la etapa de diálogo) no es intentar hacer un nuevo análisis de su accionar. Ese análisis ya está hecho, eso es una pérdida de tiempo", explicó Hamilton a Una Nueva Mañana.
"Nosotros no nos vamos a prestar a reescribir la historia a beneficio de estos señores. Nuestro deber es para con nosotros, nuestras familias y todas las víctimas de abusos", dijo el médico.
"Yo creo que los hechos no deben ser reinterpretados (...) No podemos estar haciendo imágenes ni cambiando a los protagonistas ni la responsabilidad de los protagonistas. Eso sería faltar a la verdad", agregó el profesional, indicando al menos los hechos que al caso Karadima respectan, "estaban en conocimiento de señor Errázuriz y el señor Ezzati".
"Sin transar"
En la declaración difundida esta mañana los querellantes informan sobre la negativa del Arzobispado a aceptar tres condiciones que hubieran permitido llevar adelante la conciliación: que Ricardo Ezzati, "como responsable actual de la arquidiócesis de Santiago, reconozca la responsabilidad negligente en los abusos que se causaron"; que "el Arzobispado pida explícitamente perdón" y "que este daño sea indemnizado materialmente según la gravedad del mismo".
"Estos puntos básicos se trataron de poner en duda por parte del arzobispo" mediante un intento de "tratar de conversar como para 'hacer una versión común'", lo que para los querellantes es innecesario, pues los hechos ya quedaron "establecidos por El Vaticano y la Justicia Penal"; que en ambos casos declararon culpable a Karadima.
Si aceptaban las tres condiciones "no había necesidad de seguir adelante", pero "cuando no se aceptan estos puntos claros y precisos -que no estamos dispuestos a transar, porque están basados en dos dictámenes, de la justicia penal chilena y El Vaticano- (...) no se puede seguir hablando de conciliación", explicó el denunciante.
"Los actos de Ezzati nos llevan a tener que seguir adelante para demostrar nuevamente, por tercera vez, ante todo este país y ante el mundo, que estos hechos ocurrieron de esta manera (...) Si tenemos estos bandos fácticos que siguen negando la realidad es una retraumatización permanente (para las víctimas) y no se pueden reconstruir confianzas en base a la mentira y la falta de reconocimiento. Eso es gravísimo, sobre todo para una institución que dicta normas de moral y de ética", dijo.
"El fundamento de todo esto es exigir justicia (...) No se está pidiendo nada especial, pedimos lo mínimo que el papa (Francisco) ha determinado: reconocimiento" de las víctimas, sentenció.
A esperar
El abogado Juan Pablo Hermosilla, que representa a Hamilton, Murillo y Cruz, refrendó las razones de las víctimas y dijo que ahora esperarán con tranquilidad el fallo del ministro Juan Manuel Muñoz Pardo.
"Siempre se dijo que se requería que se reconociera la responsabilidad de la Iglesia en los abusos, que se pidiera perdón y se indemnizaran los perjuicios causados. Lamentablemente en ninguno de los tres puntos se pudo llegar a acuerdo. Ésa es la razón por la cual esto no ha resultado y el proceso seguirá adelante ahora", indicó el jurista.