El vocero de los Laicos de Osorno, Juan Carlos Claret, manifestó su expectativa de que el papa Francisco entregue a la justicia chilena los antecedentes que maneja de los 34 obispos renunciados para que los eventuales delitos cometidos por algunos de ellos "no queden impunes".
En conversación con El Diario de Cooperativa, espera que "el papa pudiera entregar esos antecedentes a la Justicia, ojalá un fiscal lea ese documentos" y considera importante que el impacto de las renuncias "no diluya la responsabilidad penal de algunos".
Asimismo, aseguró el número de religiosos que puso su cargo a disposición del pontífice "es poco" pues se trata de "un tercio del episcopado" y "porque no sabemos cuántos son realmente los que están implicados con algún nivel de participación en delitos".
"No es suficiente en virtud de que hay delitos que no pueden quedar impunes y no sabemos si están prescritos", aseguró.
Consultado sobre el perfil que deberán tener los nuevos obispos, en caso de que el papa les acepte la renuncia, detalló: "Sin que propongamos mecanismos o candidaturas, lo que se requiere tanto para los obispos del futuro como lo que se necesitaba para los de hoy, que sean personas que hayan liderado, acompañado o iniciado iniciativas cristianas que fueron exitosas a la hora de conversar con el mundo, (...) que comprendan lo que pasa e el Chile de hoy (...) y hayan puesto el cristianismo al servicio del mundo".
Y no debe ser ese el "perfil sólo de los obispos, sino también de los laicos, porque no sacaremos nada con tener obispos 'irreprochables' si de nosotros no hay voluntad de servicio hacia la sociedad y nos seguimos atrincherando en una doctrina que exacerba el juicio al mundo", precisó.
"Remociones no pueden esperar muchos meses"
Además, Claret explicó la posición de la agrupación respecto al tiempo que debe tomarse el papa Francisco para aceptar las renuncias. "El papa tendría que trabajar, sobre todo con la Diócesis de Osorno (por el caso Barros), de manera más menos rápida, porque hay un conflicto humano que se tiene que empezar a solucionar. (..) y no puede dejar muchos mesas para (confirmar) las remociones".
Expresó, también, que "si el papa quiere medidas a mediano y largo plazo, nos tendríamos que sentar todos en una mesa y no sólo reunirse con los obispos y entre ellos ver qué pueden hacer".
"Para poder sentarnos con el mundo religioso, es necesario que salgan los obispos que si no fuera por su investidura estarían presos, sentenció.