Medio centenar de integrantes del Movimiento Laico funó este lunes al cuestionado obispo Juan Barros -a quien acusan de ocultar los casos de abuso sexual cometidos por el sacerdote Fernando Karadima- durante el Te Deum ecuménico en la iglesia San Mateo de Osorno, Región de Los Lagos.
Pasaron apenas 30 segundos desde que Barros tomó la palabra cuando los manifestantes ingresaron, en silencio y sin interrumpir la ceremonia, portando pancartas en que exigen la renuncia de la máxima autoridad de la Iglesia Católica en esa ciudad.
Luego marcharon por todo el templo y a la salida de éste comenzaron a vitorear en su contra: "¡Obispo encubridor, no puede ser pastor!".
Fue en ese momento cuando una de las personas que protestaba, vestida con un traje típico, llegó hasta el altar dejando un cartel a los pies de Barros.
Jessica Barrientos aseguró que no fue una acción planeada: "Simplemente lo sentí, nosotros sentimos un amor por Jesús tan grande que se me revuelven las entrañas cuando veo a este obispo hablar de paz, de diálogo y un montón de cosas que él no practica".
"Él habla de paz, de que conozcamos a un Jesús que él ni siquiera nos enseña. ¿Cómo llego a ese hombre y le hago entender que está dividiendo a la iglesia", se preguntó.
Mario Vargas, vocero de la comunidad laica, expresó que "en conciencia le dijimos el 11 de julio al monseñor Barros -en reunión privada- que si se iba un sacerdote más de la comunidad de Osorno íbamos a actuar en acciones masivas, eso estamos haciendo", dijo.
"Tenemos también que tener firmeza, creo que el obispo Barros, así como él usa estrategias y miente, nosotros también tenemos que ser firmes en nuestra reivindicación de tener un pastor digno para la Diócesis de Osorno, tenemos esta situación, una herida abierta que no se ha podido cerrar", sentenció.
La reacción de Barros
Finalizada la eucaristía, el obispo se despidió personalmente de quienes respaldan su nombramiento.
"Yo no autoricé esos carteles, lo que pasa es que están las puertas abiertas para que la gente con buena voluntad venga a rezar", apuntó, asegurando "cada uno va a responder a Dios de sus actos".
"La iglesia siempre desearía tener las puertas abiertas para que la gente venga a rezar, confiando en que las personas que entran acá viene con ese espíritu", expresó.
Por su parte, a las afueras del templo, los manifestantes adelantaron que intensificarán el repudio al obispo de cara a la visita del papa Francisco en enero próximo a Chile.
