El obispo auxiliar de Santiago, Galo Fernández, valoró en Cooperativa los temas tratados en el X Sínodo de Santiago y defendió el rol de la Iglesia Católica en los casos de abusos como los cometidos por Fernando Karadima.
En diálogo con El Diario de Cooperativa, Fernández reconoció que hay "miembros de la Iglesia que han dañado a quienes buscaron en ella la palabra de Dios y de algún modo encontraron abuso, encontraron cosas que los dañaron a ellos (...) la asamblea estaba muy conmovida por todo lo que ha aparecido en la prensa".
"Habían muchas preguntas, hacían suyo el dolor, también la rabia", aseveró.
El obispo valoró que "el papa nos ha invitado a un proceso, en que todos y cada uno pueda asumir su propia responsabilidad. Ciertamente el papa tiene esta visión de que no basta buscar quien es el chivo expiatorio, quien es el que concentra toda la responsabilidad".
"Hay responsabilidades mayores, hay diferencias en la responsabilidad y obviamente que los que han cometido abusos son los primeros culpables, quienes han cometido faltas serias en los procesos o se hayan callado u ocultado con clara conciencia, obviamente que tienen una muy grave responsabilidad y que han sido causa del dolor que vivimos", comentó.
"Karadima ha sido condenado y lleva una existencia muy dura y dolorosa. Que la Iglesia no lo haya suspendido absolutamente del Ministerio tiene también una cosa estratégica, porque es para asegurar detenerlo", planteó.
Fernández reiteró que "la Iglesia no tiene cárceles, eso le corresponde al Estado y sin embargo al mantenerlo como sacerdote lo ha mantenido prácticamente recluido en una existencia muy dolorosa, una vida de penitencia y oración por los graves daños que él ha cometido. Tengo certeza de lo dura y amarga que es la vida que tiene hoy día Karadima".