Al menos tres obispos se presentaron durante la mañana de este jueves en la Fiscalía de Rancagua, en la Región de O'Higgins, para participar en diversas diligencias relacionadas a casos de abusos al interior de la Iglesia Católica.
Quien llegó primero hasta las dependencias fue el obispo Moisés Atisha de Arica, el que declaró como imputado por su rol en la oficina pastoral de denuncias del Arzobispado de Santiago entre 2013 y 2014, en el marco de un posible encubrimiento de casos.
Atisha se acogió a su derecho a guardar silencio, según confirmó la fiscal Andrea Rocha, quien manifestó que "es por una causa en Arica y otras investigaciones que dicen relación con Santiago (...) se acogió a su derecho a guardar silencio, es su derecho. Efectivamente, el no declarar no constituye colaboración y él no está obligado a colaborar".
Posteriormente, el obispo de Arica se retiró por una puerta lateral y dijo que guardó silencio porque desconocía los hechos y pidió acceso a la carpeta investigativa.
Por su parte, el obispo Fernando Ramos, secretario general de la Conferencia Episcopal, declaró este miércoles en calidad de testigo y regresó al recinto en esta jornada para entregar documentos adicionales y continuar con su declaración.
Chomalí: "Los delitos deben ser investigados y vamos a colaborar"
Además, el arzobispo de Concepción, Fernando Chomalí, llegó al lugar vestido con ropa deportiva para declarar en calidad de testigo -se desconoce a qué caso se debe su comparecencia-, asegurando posteriormente que él colaboró en todo lo posible.
"Le dije que tenemos un compromiso claro, solemne, de buscar la verdad. Que distiguimos claramente lo que es un pecado a qué es un delito, y los delitos tienen que ser investigados y nosotros vamos a colaborar en cada uno de los casos que ellos nos requieran, y nosotros estamos en esa línea, cosa que el fiscal lo agradeció", manifestó.
Ramos y Chomalí dejaron el lugar cerca de las 13:00 horas.
La ronda de interrogatorios continuará en Rancagua, estando pendiente la declaración del cardenal y arzobispo emérito de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, que está citado para fines de marzo.