La Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC) entregó una carta al papa Francisco durante su visita a la institución, en la que criticaron la postura de la Iglesia Católica en relación a los abusos sexuales, apuntando a un "rol pasivo" del clero.
En el documento que fue entregado por la presidenta de la FEUC, Josefina Canales, se indica que "durante años la Iglesia se abocó en la búsqueda de cambios que intentaran transformar el injusto presente de los más necesitados en Chile. Jugó un papel trascendental en lograr la reforma agraria que trajo dignidad al campesinado chileno, que se encontraba en condiciones similares a la esclavitud (...) también protegió a los perseguidos por la dictadura, arriesgando incluso la vida de sus propios miembros".
"Sin embargo, hoy vemos como esa búsqueda de mayor justicia social ha sido abandonada por la Iglesia chilena, la cual ha olvidado su rol social", añadieron.
"Hoy en día, lamentablemente, existen dos Chiles: uno para quienes pueden pagarlo y otro para los excluidos. Movimientos sociales como el estudiantil, el de pensiones, el de una vivienda digna y el feminista han buscado reivindicar demandas sociales de un pueblo silenciado. Estas demandas han sido apoyadas por gran parte de población, pero han tenido un gran ausente: la Iglesia chilena", aseveraron.
El documento continúa planteando que "hemos visto como el clero ha tenido un rol pasivo y muchas veces de encubrimiento con los responsables de abusos sexuales, protegiendo así la imagen de la Iglesia por sobre la verdad, al victimario por sobre a la víctima. Con esto se ha causado un daño tremendo a las víctimas y sus familiares, y además se ha fomentado la impunidad de quienes merecían castigo".
"En nuestra universidad gran parte de los trabajadores se encuentran bajo el régimen de subcontratación, donde como estudiantes hemos sido testigos de las indignas condiciones laborales a las que se ven sometidos diariamente las y los trabajadores (...) Hablamos de condiciones indignas cuando el salario que reciben no alcanza a ser el sueldo ético propuesto por la misma iglesia", se lee en la misiva.
"Esperamos que el dolor y el sufrimiento de los estudiantes, de los pensionados, de las víctimas de abusos, de los trabajadores subcontratados y de los académicos expulsados sean también el dolor de la Iglesia", sentenciaron.
Al ser consultada sobre la carta, la presidenta de la FEUC, Josefina Canales, comentó que "lo que nosotros venimos a pedir acá es que el papa se haga cargo de esas cosas y que se haga cargo de la ausencia de la iglesia en los movimientos sociales como el de la educación, en los temas de la interna de la universidad, porque como decíamos anteriormente hay derechos que se ven vulnerados de los trabajadores subcontratados".