El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Luis Cordero, ratificó la postura del Gobierno a favor de la construcción de una cárcel especial para el crimen organizado, pero puntualizó que primero se necesita avanzar en una "legislación precisa".
El secretario de Estado abordó el asunto en entrevista con El País, el cual el Presidente Gabriel Boric afirmó en mayo del año pasado que estaban "pensando", principalmente respecto de "los grandes narcotraficantes, para que no exista contagio criminal" con los presos comunes.
El fiscal nacional, Ángel Valencia, ha pedido mirar el ejemplo de Italia, donde "crearon nuevas cárceles respetando los estándares europeos en materia de derechos humanos", para encarcelar a la mafia.
"El modelo italiano no es simplemente de cárcel, sino de régimen penitenciario muy estricto, regulado por una ley. Entre otras cosas, allá no solo tienen comunicación solo por locutorios, sino grabaciones de imágenes y conversaciones", comentó Cordero en el diario español.
En ese contexto, afirmó que "el Gobierno es partidario de avanzar en este tipo de cárceles de máxima seguridad y régimen penitenciario para crimen organizado, y la evidencia hoy lo justifica".
"Pero requiere no solo infraestructura, sino también de una regulación precisa", puntualizó.
En lo inmediato, se alista la instalación de inhibidores de señales de celular e internet en las cárceles, inicialmente en Santiago 1 y la ex Penitenciaria, un hito que ha puesto en alerta a autoridades del Ministerio de Justicia y Gendarmería por posibles conflictos al interior de la población penal: Gendarmería se prepara ante eventuales motines, toma de rehenes y huelgas de hambres entre los internos.
El proceso se encuentra en "etapa de implementación en el barrio donde hay tres cárceles en Santiago: en volumen son aproximadamente 10 mil internos, que es el 20% de la población penal en Chile, pues Santiago tiene la mayor concentración penal del país", explicó Cordero.
Destacó que "es una tecnología muy precisa que en el resto de América Latina no existe", y valoró que "inhibir celulares no es solo un beneficio para la seguridad, sino que implica cambiar patrones de conducta al interior de las cárceles".
"Uno de los grandes temas del sistema penitenciario en Chile, y en distintas partes del mundo, son las acciones delictivas que no solo ocurren dentro de las cárceles, sino las que pueden ocurrir fuera a partir de comunicaciones desde el interior. Por eso es que en Chile en el último tiempo las cárceles son relevantes en la agenda de seguridad. Hoy dentro de ellas se realiza investigación e inteligencia criminal", sostuvo.
El ministro enfatizó que la Cárcel de Alta Seguridad de Santiago, la única de su tipo en el país, ha debido enfocarse obligadamente en el crimen organizado: "Hoy la mayor concentración de personas que hay allí son líderes de bandas, y el 60% son extranjeros", apuntó.