En tanto, la Clínica Las Lilas, perteneciente al holding, está cada vez más cerca del cierre, producto de la falta de una administración y los fondos necesarios.
Patricio Villaroel, juez del caso Inverlink, quien se encontraba ausente debido a una extensa licencia médica, volverá el sábado 13 de marzo a retomar el proceso referente al desfalco de documentos a plazo por más de 100 millones de dólares a la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo).
El ministro en visita subrogante, Lamberto Cisternas, confirmó que se están indagando los hechos anteriores al 7 de marzo de 2003, cuando Eduardo Monasterio, presidente del holding y Eduardo Tapia, se auto inculparon ante la Justicia de la estafa a la Corfo.
"Se han hecho presentaciones dentro del proceso, señalando que habría existido algún tipo de deficiencias en el control o actuaciones de personeros del Estado, entre ellas Corfo. Frente a eso, se ha dado la orden de investigar y se están recopilando los antecedentes que permitan perfilar los hechos que ocurrieron, y a raíz de eso determinar qué es lo procedente", explicó Cisternas.
Los únicos ex funcionarios de la Corfo que han sido procesados son Javier Moya, quien transó los documentos ilegalmente, y el ex subgerente de la corporación, Nelson Pérez.
Los ex directivos de la empresa están sometidos a proceso por infracciones a la Ley de Valores, así como por fraude a al organismo estatal.
La financiera Inverlink fue acusada en febrero de 2003 de transar en el mercado documentos a plazo sustraídos desde la Corfo por más de 100 millones de dólares (equivalentes a 79 mil millones de pesos a enero de 2003).
Ultimos días de la Clínica Las Lilas
Como consecuencia de este desfalco, la Clínica Las Lilas, que pertenecía al holding, está sufriendo sus últimos días, por encontrarse en quiebra.
Los trabajadores están en incertidumbre, ya que no han podido cobrar su sueldo desde diciembre.
El pasado fin de semana, un médico llegó al establecimiento clínico para tratar de sustraer un equipo de la Clinica para cancelar el pago de sus honorarios.
Rodrigo Zúñiga, uno de los empleados, afirmó que "quería llevarse un equipo de escáner que, supuestamente, pertenece a la Clínica. Los trabajadores se opusieron a que lo sacaran, porque no tenía factura ni nada para comprobar que no era de la clínica".
Clínica Las Lilas ya no puede seguir funcionando por no tener una administración y no poseer los fondos pertinentes que solventen el trabajo de este centro médico.
