Mauricio Hernández Norambuena, también conocido como el "Comandante Ramiro", defendió el asesinato del ex senador Jaime Guzmán (UDI) como una "operación ética", aunque reconoció que fue un "error político".
En una entrevista con La Red desde la Cárcel de Alta Seguridad, el ex frentista recordó que la gestión del asesinato se debió a que se trataba de "hacer justicia por nosotros mismos", respondiendo a la presunta "impunidad" que intentaba instalar la Concertación tras el fin de la dictadura.
"Esa decisión fue porque ya sabíamos lo que era la 'justicia en la medida de lo posible', porque nos parecía una vergüenza, se estaba ya decidiendo por la impunidad, y nosotros no lo aceptábamos. Dentro de esa campaña el nombre de Jaime Guzmán es situado como uno de los objetivos dentro de una serie de otros nombres", planteó.
Al ser consultado sobre su valoración del hecho 30 años después, Hernández dijo que "fue un error político, porque no contribuyó a la política nuestra de colocar esa cuña de la temática de los derechos humanos, pero considero que fue una operación justa, del punto de vista ético, por lo que significaba él y su vinculación a las violaciones a los derechos humanos".
El ex frentista también se refirió a la actual situación política del país, planteando que los gobiernos de la Concertación fueron "cada vez fueron dejando de ser izquierda, y (fueron) más bien socialdemocracia, lo que ya es centro prácticamente. Estas conceptualizaciones antes eran mucho más claras. Hoy se pierden unas con otras, se cruzan".
"La política institucionalizada se ha ido corriendo para la derecha (...) izquierda izquierda, yo no veo en la política institucional", añadió.
"La izquierda es buscar la transformación social y aquí todos los partidos, de alguna manera, están en el juego de humanizar un poco el modelo, que no sea tan salvaje, porque nadie plantea la transformación social", puntualizó.