Cifras de Gendarmería correspondientes a los primeros seis meses de 2015 muestran que el 58,13 por ciento de los condenados en Chile, equivalente a 59.625 individuos, cumple sus penas en libertad, mientras el 41,06 por ciento (42.121) está encerrado.
Según informa este lunes el diario El Mercurio, estos números obedecen a la tendencia creciente al aumento de las medidas sancionatorias alternativas a la reclusión, como remisión condicional de la pena, libertad vigilada y prestación de servicios a la comunidad, entre otras.
El subsecretario de Prevención del Delito, Antonio Frey, dijo al matutino que el Gobierno no está de acuerdo con esta situación y pretende revertirla: "Queremos volver a subir el nivel (de presos) construyendo más cárceles y ampliándolas en algunas regiones, metiendo el tema de las sanciones efectivas, fijando los rangos penales y aumentando las facultades preventivas de la policía", señaló.
Frey recordó que entre 2006 y 2009 creció en aproximadamente un 50 por ciento la cantidad de internos, lo que coincidió con una baja en la victimización registrada por las encuestas Enusc y Fundación Paz Ciudadana-Adimark. Sin embargo, entre 2010 y 2013 hubo una baja de 18 por ciento en la cantidad de recluidos.
El director nacional de Gendarmería, Tulio Arce, confirmó que la disminución actual tiene que ver con el aumento de las penas sustitutivas, pero indicó que ésta es, "principalmente, resultado de las medidas adoptadas por el Gobierno anterior para descongestionar los recintos penitenciarios".
Arce señaló a El Mercurio que esta decisión -que contradijo "el discurso de ponerle fin a la puerta giratoria de las cárceles"- no consideró "el impacto que tendría en términos de seguridad pública".
No es menor que, "de un año a otro y sin los filtros adecuados, más de 7.000 personas se reincorporen al medio libre luego de su reclusión", apuntó.