"La problemática del estrés en trabajadores penitenciarios afecta su empleo, salud física y mental", asegura la Ansog.
El director de Gendarmería, Jaime Rojas, aseguró que se está trabajando para prevenir este tipo de hechos.
En los últimos dos meses se han registrado suicidios en Colina I y en Quillota.
La Asociación Nacional de Suboficiales y Gendarmes (Ansog) denunció que 35 funcionarios de planta han cometido suicidio en los últimos 10 años, situación que sería causada por el cansancio y la presión a la que son sometidos diariamente.
Como consignó La Tercera, los gendarmes enviaron el 5 de septiembre pasado un informe sobre este tipo de hechos al director de la institución, Jaime Rojas.
En el texto se indica que "la problemática del estrés en trabajadores penitenciarios afecta su empleo, salud física y mental".
Junto a esto, aseveran que "el funcionario de Gendarmería no es recompensado monetariamente como se debiera, en relación a la exigencia que presenta cumplir a diario con una función que significa múltiples riesgos, desarraigo familiar y extensas jornadas laborales".
Cabe recordar que estas denuncias se dan a conocer en el marco del suicidio de un joven gendarme de 19 años en Quillota, quien llevaba 23 días seguidos trabajando en malas condiciones.
Además, otro funcionario se suicidó en el penal Colina 1 en agosto, sin que la institución haya tomado medidas, indicaron los gendarmes.
Respuesta de Gendarmería
Al ser consultado sobre este tema en el Congreso, Rojas precisó que "me he juntado con todas las asociaciones que existen en el servicio para poder trabajar al respecto y he escuchado todas las posiciones".
"Estamos trabajando en aquella materia, y no sólo respecto del hecho puntual, sino que estamos revisando una política profunda en materia de recursos humanos", añadió.
Joe González, presidente nacional de Ansog, aseveró que "somos un servicio con una de las más altas estadísticas respecto de suicidios", hecho que afecta en especial "a nuestro personal más joven, que está sometido a estos turnos que son inhumanos, arcaicos, donde no existe el derecho a la familia".
Por su parte, Juan Solís, jefe de unidad del penal de Quillota, sostuvo que la planta se ve disminuida debido al gran número de licencias médicas solicitadas.
"Están sujetos a mucho estrés y hay una sola sicóloga para todo el personal de la región, que son más de mil funcionarios (...) a mediados de agosto enviamos un oficio informando de que en estos momentos no teníamos personal suficiente, y es lamentable que tengan que ocurrir este tipo de situaciones para que nos escuchen y se analice el tema", dijo.
