Pablo Rodríguez "explicó" represalias de la dictadura tras atentado a Pinochet

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Autor: Cooperativa.cl

El jurista afirmó que las acciones de los servicios de inteligencia del régimen se enmarcaron dentro del "estado de sitio" dictado a raíz del ataque.

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El abogado defensor del ex dictador Augusto Pinochet Ugarte, Pablo Rodríguez Grez, "explicó" los denominados excesos que ocurrieron tras el atentado del 7 de septiembre de 1986 contra el entonces jefe del régimen.

 

Rodríguez Grez expresó que el asesinato de opositores perpetrado por la Central Nacional de Informaciones (CNI), como represalia por el ataque, se enmarca dentro de lo que entiende como "estado de sitio".

 

"No se justifican, pero se explican porque frente a la reacción de la subversión que estuvo presente en los 16 años y medio de gobierno militar obviamente los servicios militares que pertenecían a las fuerzas armadas pudieron haber cometido excesos. No lo justifico, pero sí los puedo explicar", indicó el abogado.

 

Para Rodríguez, hay que tomar en cuenta que, en su particular opinión, "se introdujo un armamento por miles de toneladas con el objeto de preparar un ejército paralelo que pudiera desatar una guerra civil".

 

Además, lamentó que los autores del ataque no hayan sido juzgados, a diferencia de lo que está pasando su cliente, quien enfrenta a la Justicia por diversas causas.

 

"Es lamentable. Al general Pinochet no se le aplica la prescripción, no obstante que sí se hace con los autores de este atentado, se les exalta públicamente y en el fondo lo que se está exaltando es la violencia", dijo Rodríguez.

 

El jurista aseguró que actualmente en el país -hipócritamente, según dijo- se están mirando las cosas sólo con el "ojo izquierdo", y no con el derecho.

 

En el fallido atentado contra la comitiva de Pinochet, que se produjo en la cuesta Achupallas, en la ruta G-25 hacia el Cajón del Maipo, murieron cinco escoltas de quien estaba al mando del país.

 

Pinochet, sin embargo, resultó ileso de la emboscada preparada por el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR).

 

Tras los ataques que se produjeron la tarde de ese domingo 7 de septiembre, agentes de la CNI detuvieron, torturaron y asesinaron a varios opositores al régimen, entre ellos el periodista de la desaparecida Revista Análisis José Carrasco Tapia.

 

Dichos ataques fueron repudiados por Sergio Hernández, hermano del suboficial asesinado Cardenio Hernández.

 

"Fue un poco el revanchismo del momento de quienes se sentían en ese minuto muy poderosos, a través de un grupo muy personal, pero fue una situación más que nada visceral", señaló.

 

En tanto, el abogado de los frentista, Alberto Espinoza, indicó que el atentado estaba "justificado" por el contexto político.

 

"Se trataba de una acción que se encontraba legitimada por la doctrina política, porque se atentó contra el usurpador del poder y responsable de graves violaciones a los derechos humanos", sostuvo.

 

Para el jurista, "la acción se insertaba e inscribía dentro del legítimo derecho a la rebelión, y en ese marco, la acción era calificada como un tiranicidio".

 

Ministro Solis: éxito del atentado nos habría sumido en un baño de sangre

 

Por su parte, el ministro de Justicia, Isidro Solís, recordó que enfrentó el atentado a Pinochet con miedo por las repercusiones que pudo haber tenido la acción del FPMR, de haber culminado con la muerte del dictador.

 

En conversación con Entre Nueve y Una, Solís afirmó que de haber ocurrido así, "nos habríamos sumido en un baño de sangre y habría sido mucho más complicada, mucho más dura la transición a la democracia".

 

El secretario de Estado indicó que el fallido atentado permitió tener "la democracia que tenemos, las características que tiene, fue justamente por el proceso que desarrolló".

 

"Una transición que uno podría decir que fue más larga, más lenta, más dificultosa, pero ha ido construyendo una sociedad que en lo sustancial no tiene traumas", agregó.

 

Finalmente, el ministro Solís expresó que, a 20 años de los hechos, "hay que asumir que la historia no se puede reescribir. La historia está ahí, las cosas que pasaron, pasaron. Uno tiene que aprender a convivir con su pasado".

 

"Tenemos el principio de que no hay que olvidar, porque los pueblos que olvidan su historia están condenados a volver a repetirla (...) por lo tanto, hay que mirar al futuro y no mirar a las espaldas, con la conciencia de que todavía quedan dolores" y que serán las propias víctimas quienes podrán perdonar de verdad los hechos que vivieron. (Cooperativa.cl)

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