El politólogo estadounidense Steven Levitsky, académico de Harvard y experto en la historia política de Latinoamérica, valoró los cambios que impulsan las protestas sociales en Chile y aseguró que, en su opinión, no hay riesgos para el país ni su democracia que eventualmente se elabore nueva Constitución.
Levitsky es coautor, junto al académico Daniel Ziblatt, experto en la historia política de Europa, del libro "Cómo mueren las democracias", donde previenen del peligro de la llegada de gobernantes populistas que las desmantelan, con un especial enfoque en lo que ocurre en Estados Unidos con la presidencia de Donald Trump.
El experto en nuestra región plantea que, dentro de aquella perspectiva, pero situada en un contexto histórico más amplio, una de las lecciones que se tienen que sacar en América Latina "es que la polarización extrema puede matar la democracia", ejemplificando con lo sucedido "en España en la década de 1930, en los Estados Unidos en la década de 1860 y, por supuesto, en Chile en la década de 1970".
Consultado sobre la crisis que vive Chile, Levitsky expuso -en conversación con La Tercera- que "la confianza de los ciudadanos en la democracia es importante, y cuando se erosiona es fundamental que las élites encuentren formas de mejorar la capacidad de respuesta y el acceso de los ciudadanos".
En ese marco "esperemos que el proceso de reforma constitucional de Chile tome medidas en esta dirección", pero sostuvo que "es importante recordar que la democracia puede sobrevivir sin una satisfacción generalizada; las sociedades siempre pasan por períodos de insatisfacción, y para sobrevivir a estos períodos, el papel de las élites –abstenerse de la demagogia y del apoyo a los demagogos- es esencial".
"Democratizar la democracia"
En cuanto a las distintas manifestaciones sociales que surgieron en la región durante el año pasado, instó a considerar que "las protestas son todas muy diferentes y debemos tener cuidado de no generalizar: las protestas en Bolivia fueron por elecciones robadas, en Ecuador se referían a los subsidios a los combustibles, la eliminación de estos casi siempre conduce a protestas".
En ese marco, resaltó que "las protestas de Chile son bastante únicas, y creo serán muy buenas para la democracia", porque "están obligando a las élites a democratizar la democracia de Chile".
Asimismo, subrayó que el proceso constitucional "es muy apropiado, y probablemente necesario", ya que "la élite política ha perdido legitimidad y necesita encontrar una manera de recuperarla".
En esa línea, destacó que "Chile tiene instituciones fuertes y una democracia robusta" y que "no hay razón para esperar que una reforma constitucional sea peligrosa", por lo que "no hay posibilidad de un resultado al estilo chavista, porque cualquier asamblea constituyente será pluralista; lo más probable es que algo como lo de Colombia en 1991".