La Escuela de Fonoaudiología de la Universidad de Valparaíso y el Departamento de Fonoaudiología de la Universidad de Chile rechazaron de forma "absoluta" la incorporación y uso de disuasivos acústicos para el control de manifestaciones masivas por parte de Carabineros en el marco de la crisis social, que ya se extiende por 49 días.
Esto, luego de que el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, anunciara que se está evaluando la incorporación de "una línea de nuevas armas no letales" para fortalecer la capacidad de respuesta de la policía uniformada ante incidentes.
En una declaración conjunta, las comunidades académicas de Fonoaudiología de las ambas universidades estatales advirtieron que los disuasivos acústicos "emiten sonidos sobre los niveles permitidos o considerados seguros, los que generan severos daños en la audición de las personas expuestas", agregando que la consecuencia más grave del eventual uso de estas armas sónicas es la "pérdida auditiva irreversible".
Los fonouadiólogos llamaron a la autoridad a reconsiderar "el uso de dispositivos que generen consecuencias irreparables en la salud de chilenos y chilenas, con especial énfasis en aquellos de gran alcance y que pueden generar daños masivos".
La decisión de dotar a Carabineros con "una línea de nuevas armas no letales" se analizará con la asesoría que entregará la Guardia Civil y la Policía Nacional de España, la Policía Federal de Alemania y el general Óscar Naranjo, ex director de la Policía Nacional de Colombia.
El 11 de septiembre de 2008 Carabineros estrenó en Lo Hermida un equipo llamado LRAD (Long Range Acustic Device), dispositivo sonoro antidisturbios que genera ruidos por sobre los 100 decibeles.