El director del Servicio Nacional de Migraciones, Luis Eduardo Thayer, enfatizó este martes en Cooperativa que el actual Gobierno no dará continuidad al "espectáculo" de las expulsiones que se llevó a cabo en la administración anterior.
"No vamos a hacer espectáculos televisados, porque no responde a ningún estándar internacional de derecho", dijo el sociólogo en entrevista con "Lo que queda del día".
"Nosotros vamos a mantener el criterio de priorizar expulsiones judiciales. En ese sentido tenemos continuidad con la forma de entender las expulsiones, pero no con el modo en que se ejecutaron. Nosotros no vamos a humillar a las personas, por mucho que hayan cometido delitos o faltas migratorias. Vamos a ejecutar las expulsiones cuando correspondan, pero no de esa manera", subrayó.
Rememorando los archivos visuales de decenas de migrantes vestidos con overoles blancos y esposados mientras eran subidos a un avión rumbo a sus países de origen, Thayer indicó que "es una vergüenza para este país mostrar esas imágenes en las democracias del mundo. Ese trato a las personas es una cuestión que, espero, no se vuelva a repetir en Chile".
RECONDUCCIONES, UNA POLÍTICA FRACASADA
Sobre la política de reconducción de migrantes a quienes se les niega el ingreso a Chile y se les devuelve a sus países de origen, el jefe del servicio sostuvo que "ha sido un fracaso", principalmente porque "no ha habido las condiciones, por lo menos con Bolivia, para que ello ocurra".
"De las aproximadamente 9.130 reconducciones que se han intentado ejecutar, un 84% ha sido rechazado y por un motivo muy simple: la mayoría se ha ejecutado en el paso de Colchane, en la Región de Tarapacá, y las personas no son recibidas por la autoridad boliviana y vuelven a ingresar a Chile. Entonces, es un círculo vicioso. Además, es un desperdicio de recursos", señaló el director de Migraciones.
"En el caso de Perú es distinto, el volúmen es más bajo, pero las autoridades efectivamente reciben a personas de terceros países -sean venezolanas o colombianas etcétera- porque entienden que es una responsabilidad también de ellos, porque se supone que entraron por ese país", comentó.
"Si no avanzamos con Bolivia, Perú, Argentina y países también colindantes a ellos en una respuesta que se base en la responsabilidad compartida, esta situación no se va a resolver. Como país tampoco podemos hacernos cargo de una crisis que es regional", advirtió Thayer.
REZAGO EN TRAMITACIONES: MEDIO MILLÓN DE SOLICITUDES EN FILA
En términos administrativos, el director de Migraciones aseguró que su gestión heredó del Gobierno anterior "una situación muy compleja de resolver", reconociendo que existe un rezago importante en las tramitaciones de regularización de extranjeros, explicado fundamentalmente -según Thayer- en el aumento del flujo migratorio a Chile en los últimos años y la implementación de criterios a su juicio inadecuados en los procesos.
"La demanda que ha tenido el servicio —explicó— ha superado sus capacidades. En los últimos años hubo dos procesos de regularización extraordinaria, en 2018 y 2021, y eso generó que muchas solicitudes fueran duplicadas. Ha habido, entonces, una sobrecarga del servicio, pero también criterios de retrasos y de alargamientos de los procesos de análisis".
Respecto de ese último punto, el director apuntó que también hubo "criterios que no eran los más adecuados en términos de la tramitación y de poner el objetivo de la regularidad de las personas por delante del requerimiento, que puede ser flexibilizado".
"Hoy día tenemos en fila casi 500.000 solicitudes en trámite, eso incluye entre visas, renovaciones de visas, permanencias definitivas, solicitudes de refugio, nacionalizaciones, etcétera", detalló.
"Hemos acortado el proceso de análisis, eliminando algunas etapas, y cambiado algunos criterios en términos de la admisibilidad. Por ejemplo, si una persona tiene un pasaporte vencido, la tramitamos, agilizamos el procedimiento y luego solicitamos la actualización del documento; no retrocedemos al punto cero para que la persona vuelva a hacer el trámite", agregó.