Un 67 por ciento de los consultados por la encuesta de Cooperativa, Imaginacción y la Universidad Central opinó que los insultos al delantero venezolano de San Marcos de Arica, Emilio Rentería, por su color de piel fueron un acto racista, contra un 29 por ciento que estimó que era algo propio de un partido de fútbol.
El sondeo reveló, además, que un 59 por ciento de los encuestados está en desacuerdo con la creencia de que los inmigrantes quitan trabajo a los chilenos, y un 86 por ciento está de acuerdo con que los hijos de los inmigrantes reciban gratuitamente salud y educación por parte del Estado.
Al respecto, Carlos Vergara, director de Estudios de Imaginacción, afirmó que "en este terreno, los chilenos estamos en una posición mucho más parecida a los países desarrollados o bien aprendimos a dar las respuestas políticamente correctas".
"En Europa, durante muchos años, el gran argumento en contra de la inmigración, o uno de los grandes argumentos, era el problema de que le quitaban trabajo a los nativos y acá un 60 por ciento está en desacuerdo con eso", añadió Vergara.
Por su parte, el jefe del Departamento de Extranjería y Migración del Ministerio del Interior, Rodrigo Sandoval, apuntó que "la ciudadanía está entendiendo que se trata de un fenómeno del cual el Estado debe hacerse cargo".
"La gran deuda es una Ley de Extranjería, que lleva 40 años, absolutamente desfasada, que estima a la migración como una amenaza. Los países desarrollados han logrado encontrar en la migración una fuente de dinamismo para su economía", concluyó Sandoval.
Trato igualitario
En el estudio también se preguntó ¿qué debiera hacer el Estado si se abriera espacio para el ingreso de inmigrantes al país: privilegiar a los latinoamericanos, a los europeos o dar un trato igualitario? Y aquí casi un 90 por ciento se inclinó por un trato igualitario, un cuatro por ciento por los latinoamericanos y sólo un uno por ciento por los europeos.
El decano de Ciencias Sociales de la Universidad Central, Osvaldo Torres, señaló que "esta encuesta nos deja en condiciones de abrirse definitivamente a una nueva política de inmigración que sea no sólo tolerante, sino que reconozca la plurinacionalidad como un valor y que eso lo lleva a hacer esfuerzos en la formación de los funcionarios públicos y a nivel territorial de la importancia que tiene".
"Como es una transición entre una situación de rechazo extremo a una apertura paulatina, el precario equilibrio existente se podría retrotraer a la situación anterior, si es que la situación económica se hace más difícil", añadió el académico.
Asimismo, hubo dos preguntas cuyas respuestas estuvieron divididas en partes casi iguales. La primera de ellas cuestionaba si Chile debiera tener una política de puertas abiertas con los inmigrantes o imponer ciertas restricciones a su ingreso, donde la respuesta fue un empate entre ambas opciones.
Sobre este punto, el cónsul de Perú en Santiago, Alejandro Rivero, sostuvo que "se recibe bien una encuesta de este tipo. Los migrantes normalmente aportan al desarrollo del país. En el caso peruano, la mayoría de los peruanos vienen a trabajar. La gente se mueve de acuerdo a lo que necesita o las oportunidades que ofrece un país, independientemente de cuál se trate, es un fenómeno global".
Finalmente se planteó la idea de establecer una amnistía con los inmigrantes ilegales, lo que no le gustó a un 51 por ciento de los consultados, contra un 44 por ciento que apoya la idea.