El nuevo arzobispo de Santiago, Fernando Chomalí, respondió este martes a las críticas de Chile Vamos por su apoyo a la propuesta que hizo a fines de diciembre la directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), Consuelo Contreras, de incluir a la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) en las mesas de diálogo en la macrozona sur.
"En primer lugar, soy claro, enfático, categórico: la violencia no es un modo de obtener algún objetivo político de ninguna especie, absolutamente. Sin embargo, soy una persona de esperanza y creo que las personas pueden cambiar. Y, si las personas de la CAM y todos los que usan la violencia para lograr su objetivo deponen las armas radicalmente y quieren sentarse a dialogar, me parece que es un acto de magnanimidad que es lo que necesitamos en Chile", dijo el jefe de la Iglesia Católica chilena en entrevista con El Diario de Cooperativa.
La idea promovida por la directora del INDH y respaldada por Chomalí en varias entrevistas ha generado diversas reacciones en el mundo político, donde algunos coincidieron en parte con el planteamiento, mientras que otros fueron críticos.
Así, por ejemplo, el diputado Andrés Longton, militante de Renovación Nacional y presidente de la Comisión de Seguridad de la Cámara Baja, incluso le pidió "prudencia" al arzobispo: "Más que preocuparse por dialogar con terroristas debiera preocuparse por todas las iglesias quemadas en la zona. Eso es lo que se necesita. No más confusiones de las autoridades", señaló el parlamentario.
Desde la UDI, en tanto, los diputados Henry Leal y Flor Weisse cuestionaron a Chomali aseverando que "sus pensamientos y oraciones debieran estar con las víctimas de la violencia rural y no con los victimarios, que son todas estas organizaciones terroristas que por décadas han actuado de forma impune en el sur de nuestro país".
Al respecto, el arzobispo afirmó en Cooperativa que "por supuesto que todo delito tiene que ser investigado, juzgado. Las personas tienen que responder frente a ello, y, de hecho, hay muchos que están presos, pero eso no quita esa posibilidad que es justamente, al final, un sentido de esperanza. Si hay personas que no tienen esperanza en el ser humano, que no pueden cambiar, que no podemos cambiar, sencillamente no tenemos nada que hacer y esta escalada va a seguir hasta quién sabe dónde".
Y agregó: "Nosotros también hemos sido víctimas. Nos quemaron una sede universitaria, nos quemaron varias capillas. Evidentemente que eso no nos gusta para nada, pero eso no significa que no podamos abrirnos (al diálogo), así que yo no comparto la idea, la opinión, que tienen ellos (en la derecha)".
"Creo que es muy importante distinguir lo que es la justicia, que es un principio básico en una sociedad democrática y del Estado de Derecho, y otro es el anhelo de venganza. A la justicia la voy a buscar siempre, porque es un acto mínimo de la caridad, pero nunca voy a estar con ningún tipo de posibilidad de que me abra a la venganza", subrayó.
"ABIERTO ABSOLUTAMENTE A TODO"
Consultado si estaría disponible para encabezar la posibilidad de un vaso comunicante con grupos radicales, Chomalí se declaró "abierto absolutamente a todo".
"Me reuní con Alfredo Moreno (copresidente de la Comisión Presidencial para la Paz y el Entendimiento), él me pidió una audiencia, conversamos largamente sobre este tema, que es muy complejo, y yo le planteé que este es uno de los graves temas que tenemos en Chile. También me pidió una audiencia la directora del INDH. Le conté toda la trayectoria que tengo con las personas vinculadas a la CAM. Hemos conversado con franqueza. Yo trabajé para terminar una huelga de hambre que podría haber terminado en una muerte", destacó.
"Es decir, todo lo que sea bueno, positivo, en busca de la justicia, voy a estar disponible, y no solamente en ese ámbito, porque es parte de la misión que tiene un arzobispo", añadió.
RECONOCER AL PUEBLO MAPUCHE
En Cooperativa, el arzobispo también abogó por el reconocimiento de los pueblos indígenas.
Según Chomalí, "el primer paso que tenemos que dar lentamente es conocer al pueblo mapuche, porque, en definitiva, ha sido como un gran desconocido. Yo creo que lo tenemos que conocer, lo tenemos que amar en su riqueza cultural, que yo la conozco. Nos pueden enseñar mucho".
"Una vez que los conozcamos viene reconocerlos. Reconocerlos significa verlos como ellos son, no como nosotros queremos que ellos fueran. No podemos aplicar un sistema, una antropología, a una comunidad que tiene una organización, que tiene sus ritos, etcétera, y en eso creo que hemos sido muy poco dedicados, por decir lo menos", planteó.
"El tema de la violencia es efecto. Cuando nosotros tenemos alguna reacción violenta -y no conozco a nadie que no la haya tenido- es efecto de una causa que a veces nos genera una gran desesperación", aseveró.