Personal de la Brigada Antinarcóticos Metropolitana logró desbaratar una banda de narcotraficantes chileno-boliviana que se dedicaba a internar cocaína a nuestro país en latas de bebida y botellas de agua mineral.
Tras dos meses de investigación, la PDI detuvo a los chilenos Richard Reyes González, de 44 años; y Alfredo Segovia Gallegos, de 50, junto con el altiplánico Gilberto Sanguino Chávez (44), quienes serán formalizados esta mañana.
Los tres imputados fueron detenidos en el terminal de buses San Borja en el marco de la operación "Agua Viva", como la denominó la PDI.
Según explicó el subprefecto Mauricio Jorquera, los sujetos ingresaban la droga desde Bolivia a través de pasos no habilitados y desde Arica la transportaban en bus a Santiago, hasta un centro de acopio y laboratorio clandestino en la zona sur de Santaigo, donde la procesaban.
Lo más llamativo "es el método de ocultamiento que utilizaban, que era traer la cocaína diluida en un medio acuoso, oculta en latas de bebidas y aguas saborizadas", destacó Jorquera.
Gracias a la operación "Agua Viva" se logró "sacar de circulación más de 340 mil dosis, avaluadas en más de 170 millones de pesos", indicó el oficial.
La incautación fue de 6,752 kilos de cocaína líquida y 1,8 kilos en estado sólido, que estaban ocultos en envases de papas fritas.